Los expertos recomiendan proteger y restaurar fuentes y pozos ante un balance hídrico deficitario y una recarga muy débil, agravada por el cambio climático y la geología del macizo.
Un estudio encargado por el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, que gestiona la Diputación de Barcelona, ha permitido obtener una visión integral del estado y la dinámica de las aguas superficiales y subterráneas del parque. El objetivo ha sido entender el ciclo del agua y los recursos disponibles tanto dentro del actual ámbito del parque como en el contexto de la propuesta de ampliación de este espacio natural.
Con el título ’Estudio de los recursos hídricos en el ámbito actual y de la propuesta de ampliación del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac: inventario, caracterización, caudales’, el informe ha sido elaborado por Jordi Espuny, geólogo e hidrogeólogo, y Eduard Madaula, geólogo y ambientólogo de GeoHid. El trabajo pone de manifiesto que la capacidad de retención de agua de la lluvia – cada vez más reducida - está fuertemente condicionada por la geología propia de los macizos y por el impacto del cambio climático.
A partir del estudio de balsas, fuentes y pozos, los autores recomiendan implementar medidas de protección y restauración de estos puntos, así como actuaciones para mejorar la calidad del agua mediante el control de posibles fuentes de contaminación. También proponen establecer un sistema de seguimiento continuado de los caudales y la calidad del agua para garantizar una gestión sostenible de los recursos hídricos del parque.
Daniel Pons, biólogo del Parque Natural, explica que “aprovechamos que se está estudiando la propuesta de ampliación del Parque para encargar este estudio para conocer la capacidad de los acuíferos, saber el balance de entradas y salidas de agua”.
Poca retención de agua de lluvia y recarga muy débil de los acuíferos
Uno de los datos más destacados del estudio es que, durante el período 2021 - 2023, marcado por la sequía, el porcentaje de agua de lluvia retenida en el parque fue solo del 3,27 %. Esta baja retención hizo que el balance hídrico fuera deficitario durante estos años. También se ha constatado que la red de aguas superficiales tiene un carácter discontinuo y efímero, con una interacción notable con las aguas subterráneas.
Por otro lado, el estudio ratifica que la recarga de los acuíferos fue muy baja en los dos años hidrológicos evaluados (2021 – 2022 y 2022 – 2023), con valores de solo 6,6 hm³ y 2,01 hm³ respectivamente. Esta situación se explica por la combinación de precipitaciones inferiores a la media y temperaturas elevadas.
Los períodos con recarga significativa fueron noviembre de 2021, marzo de 2022 y febrero de 2023, coincidiendo con meses de baja evapotranspiración y precipitaciones moderadas o fuertes. En cambio, en verano, aunque pueda haber lluvia, la alta evapotranspiración impide la recarga de los acuíferos.
El informe concluye que, de cara a una mejor recarga, son mucho más efectivas las lluvias de otoño y primavera que las de verano, ya que estas se evaporan antes de poder proveer pozos y fuentes.
En municipios con urbanizaciones como Vacarisses, Matadepera o Castellar del Vallès, entre otros, que dependen en gran medida de pozos, se ha detectado un agotamiento importante de los recursos hídricos disponibles y, en algunos casos, se han tenido que adoptar medidas extraordinarias para garantizar el abastecimiento de agua.
Características de los acuíferos y la red hídrica
En cuanto a la relación entre torrentes y acuíferos, el estudio constata que la circulación de agua superficial es casi inexistente en períodos secos. La mayoría de los cursos hídricos son efímeros, a excepción de las rieras de Rellinars, Mura, la Vall d’Horta y les Arenes, que tienen un carácter discontinuo o irregular. El único curso de agua permanente es el río Ripoll, que recibe aportaciones continuas de la depuradora de Sant Llorenç Savall.
En algunos tramos, se ha observado circulación de agua superficial de manera permanente gracias a una relación efluente entre los torrentes y los acuíferos.
El informe también analiza diversos parámetros fisicoquímicos —como temperatura, pH, conductividad eléctrica, sólidos disueltos totales y nitratos— y concluye que, en general, el agua subterránea presenta una buena calidad. Sin embargo, en algunos puntos de la zona propuesta para la ampliación del parque se han detectado niveles elevados de nitratos y/o cloruros, indicadores de posibles fuentes de contaminación urbana o agrícola.
Finalmente, se ha observado que los caudales de las fuentes varían significativamente según las precipitaciones mensuales, señal de una fuerte dependencia de la recarga por lluvias. Los datos históricos y actuales recogidos muestran que actualmente los acuíferos del ámbito de estudio se encuentran a niveles bajos.