El precio de la vivienda en Andorra se ha disparado hasta niveles que superan los de cualquier país de la Unión Europea. Tanto en el mercado de compra como en el de alquiler, las cifras del primer semestre de 2025 sitúan al Principado como uno de los territorios más caros para vivir, con incrementos de doble dígito que dejan atrás estados como España, Portugal o Alemania.
Según datos recientes, el alquiler medio ya supera los 3.100 euros mensuales, con parroquias como Escaldes-Engordany rozando los 3.650 euros. En comparación, la media de la UE solo ha crecido un 3,2% interanual, mientras que en España los incrementos a doble dígito ya son considerados alarmantes. Pero el caso andorrano va aún más allá: el alquiler medio ha aumentado 400 euros en solo doce meses, y en algunas zonas el incremento interanual roza el 20%.
En cuanto a la compra de pisos, la situación es igual o más preocupante. El metro cuadrado en Andorra la Vella ya supera los 6.200 euros, y la media nacional se eleva a los 4.300 euros, duplicando los valores de hace solo siete años. Con una oferta de muy pocas viviendas disponibles y una demanda creciente (residentes, inversores, nómadas digitales...), los precios se han elevado sin freno. Mientras tanto, en la UE, el incremento medio de precio de vivienda en compraventa ha sido del 5,4%, con España al 10,9%. Andorra, de nuevo, los supera ampliamente.
La escasez de suelo urbanizable, la especulación y la inversión extranjera han generado un cóctel perfecto para una crisis de acceso a la vivienda que ya se percibe como el principal problema social del país. Las medidas aprobadas por el Gobierno, como la limitación a la compra de inmuebles por parte de extranjeros o la ley ómnibus para penalizar la no ocupación de pisos, aún no han tenido el efecto deseado.
Todo ello sitúa a Andorra como el país con más presión inmobiliaria del continente, en una crisis de vivienda que, lejos de frenarse, parece que aún no ha tocado techo.