Hoy hace justamente un año que el Consejo Ejecutivo aprobó mi nombramiento como delegado del Gobierno de la Generalitat de Cataluña en las Terres de l'Ebre. Un año que, sinceramente, se me ha pasado volando.
Comenzaba mi nueva tarea como delegado del Gobierno consciente de que asumía una importante responsabilidad, con la ilusión de trabajar con valentía por nuestras Tierras del Ebro y mejorar la calidad de vida de todos y todas los que vivimos en ellas. Asumiendo también que, desde aquel momento, represento al Gobierno en las Terres de l'Ebre y, sobre todo, teniendo muy claro que mi principal tarea es trasladar al Gobierno todas las carencias, problemas y necesidades de nuestras Tierras y actuar.
Actuar pensando en el conjunto del territorio, actuar convencido de que lo tenemos que hacer todo entre todos, actuar contando con todos y actuar para todos. Por eso, me dediqué de lleno, los primeros días en la Delegación, a reunirme con los alcaldes y alcaldesas y las administraciones locales, con los agentes económicos y sociales, a visitar equipamientos y empresas...
Quería, y quiero, escuchar a todos, para impulsar todos aquellos proyectos y necesidades que me han ido llegando desde el primer día. Porque, desde el primer día también, toda esta gente lo que me han trasladado es ilusión, pero también iniciativas para dar el impulso decisivo a las Terres de l'Ebre.
Por eso, es básico que las administraciones trabajemos de manera conjunta, que haya relación y confianza con los alcaldes y alcaldesas, con todo el tejido económico y social del territorio... Juntos en beneficio de nuestros pueblos, de nuestra gente y del territorio en general. Quiero ser el delegado del Gobierno de todos.
Desde el inicio, tres de las principales prioridades son: la protección del Delta, el nuevo hospital universitario de las Terres de l'Ebre y los estudios de medicina en el campus Tierras del Ebro de la URV. También, avanzar con la mejora de los servicios públicos (salud y atención a las personas, vivienda, educación, transporte y comunicaciones, conectividad, disponibilidad de suelo industrial, seguridad...). Intento impulsar, coordinar y seguir muy de cerca la ampliación del Hospital Verge de la Cinta, la nueva salida de la AP-7 en el Montsiá, las mejoras en el Eje del Ebro (C-12), las necesidades del servicio ferroviario, del transporte en autobús, los regadíos, las ayudas a la promoción de la agricultura y la ganadería y al comercio y al turismo, el desarrollo del polígono Cataluña Sur...
Es un objetivo para mí activar y desencallar todos aquellos proyectos, iniciativas y carencias que me plantean los alcaldes y alcaldesas. Ellos y ellas siempre trabajan para mejorar la calidad de vida de sus vecinos que, en conjunto, es el mismo objetivo por el cual trabajamos desde el Gobierno, para hacer de las Terres de l'Ebre el mejor lugar para invertir, trabajar y vivir. Objetivo por el cual también trabajamos, todos a una, los representantes del Gobierno en el territorio: directores y directoras territoriales, directora del IDECE, coordinadores y, en general, servidores públicos. Aprovecho estas líneas para agradecerles su esfuerzo y dedicación.
Pocos días después de iniciar mi nueva tarea en el Gobierno, a finales de octubre del año pasado, viví los efectos de una nueva DANA en nuestra casa. A finales de abril de este año, el apagón eléctrico. Y este julio, el incendio del Baix Ebre, que afectó directamente a Xerta, Paüls, Alfara de Carles, Aldover y Tivenys. Tres hechos graves, duros y complicados de gestionar. De los tres, el incendio posiblemente ha sido el que más me ha angustiado. Los tres me han hecho reflexionar sobre la fragilidad de nuestro territorio. Necesitamos nuevos planteamientos, prepararnos para afrontar con más garantías fenómenos parecidos, adaptarnos al cambio climático y ser más resilientes. Por lo tanto, nuevos y más objetivos a añadir a la lista. La mejora de la gestión forestal, de los caminos y pistas en nuestros bosques, la construcción de balsas y de franjas de protección de los pueblos y de las zonas naturales, la creación de zonas de cultivo que actúan como cortafuegos y el establecimiento de rebaños son ejemplos.
Pienso, sinceramente, que en las Terres de l'Ebre estamos iniciando una época de oportunidades: desde el Gobierno trabajamos por la cohesión social y la prosperidad compartida, por la promoción de la actividad económica en todo el país, para cambiar la administración pública (simplificándola y agilizándola para dar un mejor servicio a la ciudadanía), para reformar el sistema de salud, para frenar la despoblación, para mejorar los servicios públicos en general. La Ley de Municipios Rurales, los Fondos Next Generation, los Fondos de Transición Nuclear nos tienen que ayudar. También, el carácter, los proyectos, las ideas y las iniciativas de los ebrenses y ebrenses. Todos juntos lo sabremos aprovechar e impulsaremos las Tierras del Ebro.
Aunque nada se hace de hoy para mañana, me siento muy satisfecho de haber aceptado la propuesta de ser el delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre. Durante este año se ha manifestado claramente la voluntad del Gobierno entero de mejorar las Tierras del Ebro. Con el compromiso del presidente Salvador Illa manifestado personal y públicamente en la conferencia Cataluña Lidera del mes de mayo pasado y durante el Encuentro del Gobierno en Arnes, donde el mensaje ha sido claro: iniciamos un nuevo curso político centrado en gobernar y gestionar con eficacia.
Cada día que pasa se incrementa mi fuerza, determinación y compromiso personal para trabajar fuerte por las Terres de l'Ebre y transformar esta ilusión que me transmite buena parte de la ciudadanía en confianza, no me cansaré de repetir, para hacer de las Tierras del Ebro el mejor lugar para invertir, trabajar y vivir.