Ola de calor, de incumplimientos y de improvisación en la Seu

Artículo de opinión de Jordi Fàbrega i Sabaté, portavoz de Junts per la Seu

Jordi Fàbrega i Sabaté
12 de agosto de 2025 a las 20:32h

La Seu d’Urgell, como buena parte de Cataluña y el Pirineo, ha sufrido estos días la segunda ola de calor del verano. Según las cifras oficiales del Meteocat, ayer la Seu d’Urgell llegó el lunes a los 40 °C, el récord de temperatura jamás registrado (el anterior había sido 39,8 °C en agosto de 2021). 

Es sabido por todos que estas olas de calor repercuten de manera muy importante en la salud de las personas, especialmente en las más vulnerables. A pesar de tener un julio con bastante lluvia, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Ministerio de Sanidad calcula que el calor —concentrado en la primera quincena— provocó 250 muertes en Cataluña, cifras que superan el total de muertes registradas durante todo el verano de 2024, cuando se contabilizaron 226. 

Es por eso que Protección Civil, cuando activa la fase de alerta por calor, pide a los ayuntamientos “que se prevean lugares frescos o salas con aire acondicionado en caso de que sea necesario su uso y se tenga especial vigilancia de las personas mayores de 75 años sin apoyo familiar o sin recursos; personas con discapacidades físicas o psíquicas y limitaciones de movilidad; personas que deban permanecer o hacer actividad física al aire libre (incluidas las actividades laborales) y personas con enfermedades crónicas.”

A pesar de que en años (y gobiernos) anteriores la Seu d’Urgell había habilitado refugios climáticos y el acceso gratuito a la piscina municipal durante las olas de calor, nos sorprendió mucho que no se realizara ninguna acción durante la primera ola de calor a finales de junio. 

Por eso, en julio, Junts per la Seu presentamos una moción en el plenario para instar al gobierno municipal a tomar medidas ante posteriores olas de calor. Medidas que deberían incluir facilitar el acceso gratuito a la piscina municipal, especialmente para los colectivos vulnerables; habilitar refugios climáticos, con la apertura de la Biblioteca de Sant Agustí por las tardes; señalizar las fuentes de agua, colocar toldos en los parques infantiles y modificar horarios de los operarios que trabajan al aire libre para hacerlo a las horas de menos calor, entre otras.

Pasado un mes, y ante la segunda ola de calor —esta con récord de temperaturas—, el alcalde Barrera no ha previsto ni aplicado ninguna medida. Por eso el lunes a primera hora lo reclamamos, desafortunadamente sin éxito. Y las declaraciones del equipo de gobierno a la prensa afirmando que hay un protocolo preparado a la espera “que las condiciones lo requieran”, así como que “se prevé una media de 32 grados, y aún no se está en el tramo para considerar que nos encontramos en una ola de calor” nos inquietan aún más. Justo el día que se preveían 39 °C en la Seu y se llegaron a los 40 °C. Y cuando las olas de calor se definen por las temperaturas máximas no las medias.

El martes, cuando el pico de la ola de calor ya ha pasado, anuncian a toda prisa la gratuidad de la piscina a las tres de la tarde. Se agradece y está bien, pero van tarde y mal.

Servicio público es gobernar pensando en la ciudadanía, y más cuando ante tu inacción, la oposición constructiva de Junts per la Seu te marca el camino y las medidas a aplicar se aprueban por unanimidad de todos los grupos. Por el bienestar de nuestros vecinos y vecinas, por la salud de la población ante estos calores extremos, no nos merecemos un gobierno municipal que improvisa e incumple.  

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