La ambición de un país: independencia

Artículo de opinión de Carles Comes Marco y Sílvia Martínez Fuentes, presidente y secretaria general regionales de ERC en la Federación de Lleida

Carles Comes Marco
Sílvia Martínez Fuentes
11 de septiembre de 2025 a las 10:15h

El Once de Septiembre es el día en que nos reivindicamos como nación, unidos por la memoria y por la esperanza. Es el día en que recordamos nuestra historia, honramos a quienes han luchado antes que nosotros y, sobre todo, proclamamos con firmeza que somos y seremos un solo pueblo, digno y amante de la libertad.

Desde Esquerra Republicana, herederos de la tradición catalanista que ha mantenido viva la llama de la catalanidad a lo largo del tiempo, queremos que este sentimiento llegue a cada casa, a cada calle, a cada barrio de Cataluña y del conjunto de los Países Catalanes. Reivindicamos el orgullo de formar parte de una patria que no es sólo un símbolo o un trazo en el mapa, sino una casa compartida que levantamos entre todas y todos. Una patria que garantice dignidad, oportunidades, reconocimiento y estima a cada persona. Una patria abierta, inclusiva y comprometida con el futuro.

Por eso, nuestra patria es viva y testaruda. Ha sabido resistir siglos de imposiciones y represión, y hoy continúa en pie. Ha recogido la esperanza de generaciones que preservaron la lengua, recuperar las instituciones, luchar por barrios dignos, por los derechos de las mujeres, por una vida laboral justa y por una sociedad más cohesionada. También ha integrado las voces y los esfuerzos de las personas venidas de todo el mundo, que han visto en Cataluña una nueva oportunidad para ellas y sus hijos. Todas estas luchas forman hoy nuestro presente y proyectan el país hacia un mañana lleno de ambición.

Somos una nación que no se resigna ni se rinde. Somos un pueblo que avanza con paso firme y que encuentra en los Países Catalanes el espacio natural de plenitud nacional.

Ahora bien, sabemos que este camino no ha sido —ni es— fácil. Cada paso adelante ha encontrado obstáculos, prohibiciones e intentos de hacernos retroceder. Aún hoy, en el siglo XXI, sufrimos las consecuencias de una represión que no ha desaparecido. Precisamente por eso, tenemos el deber de honrar a quienes nos han precedido, continuando su tarea hasta hacerla plenamente realidad.

Sabemos que la lucha da frutos. Pero también sabemos que cada victoria sólo tiene sentido si la convertimos en un paso más hacia nuestro objetivo irrenunciable.

Porque cada conquista social y política no sólo mejora la vida de la gente, sino que amplía nuestra soberanía colectiva y nos acerca al país que queremos.

La ambición que nos guía es clara: la independencia de Cataluña. No como un ideal abstracto, sino como la herramienta imprescindible para garantizar salarios justos, servicios públicos de calidad, barrios cohesionados, oportunidades para todos y un país feminista, verde y libre de corrupción. Sabemos que la independencia no nos la regalará nadie: la tenemos que construir con constancia, determinación y coraje. No podemos caer en el desánimo ni en el derrotismo. Hay que aprovechar cada rendija, cada oportunidad, cada pequeña victoria. Este es el principio que ha guiado y sigue guiando nuestra acción política.

Pero también sabemos que esta lucha tiene un sentido universal. Ante la ola reaccionaria que se extiende por el mundo, Cataluña debe ser una voz comprometida con la justicia global, con la paz, con la democracia y con los derechos fundamentales. Queremos ser libres para poner nuestra soberanía al servicio de un mundo más digno y más humano.

Esta Diada Nacional salimos a la calle para demostrar que la fuerza de nuestro pueblo es más viva que nunca. Lo hacemos para honrar la memoria de quien nos ha precedido, para reconocer las luchas del presente y para construir el futuro que merecemos.

Hoy, nuestra voz resuena fuerte y clara:
¡Viva Cataluña libre!

¡Viva los Países Catalanes!

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