En un emotivo acto celebrado esta semana, FCC Medio Ambiente, filial del grupo FCC con domicilio social en Barcelona, ha puesto fin a una etapa que ha marcado profundamente la historia laboral y humana de Tarragona. Después de 64 años de actividad ininterrumpida, se cierra un ciclo que ha sido mucho más que un contrato: ha sido un símbolo de compromiso, profesionalidad y espíritu colectivo.
Durante el día de ayer y hoy, la Dirección de la empresa ha querido despedirse personalmente de los trabajadores y trabajadoras en los diferentes centros de trabajo. En cada visita, se ha hecho entrega de una carta de agradecimiento personalizada y de un obsequio conmemorativo, como muestra de reconocimiento por el compromiso, la dedicación y la tarea desarrollada a lo largo de todos estos años.
El director de la Delegación, Miguel Ángel Quero, ha querido dedicar unas palabras especiales a toda la plantilla, agradeciendo el desarrollo de un trabajo tantas veces poco reconocido y de gran dificultad, y ha aprovechado la ocasión para desearles mucha suerte en su próxima etapa laboral.
En especial, se ha querido destacar el esfuerzo extraordinario realizado durante los dos últimos años y medio, un período marcado por la falta de medios y el desgaste de la maquinaria, que ha exigido un compromiso adicional por parte de todos los equipos.
Durante más de seis décadas, generaciones de profesionales han contribuido con su esfuerzo, responsabilidad y lealtad a construir un proyecto sólido y profundamente arraigado en Tarragona. Este legado no solo ha dejado huella en la empresa, sino también en los trabajadores que han formado parte de este proyecto.
En palabras de la dirección: “Este contrato no ha sido simplemente un contrato laboral: ha sido un compromiso humano, técnico y emocional que ha crecido, evolucionado y resistido junto con los cambios de la ciudad de Tarragona".
El acto ha servido también para rendir homenaje a todas las personas que han formado parte de esta historia, destacando su papel como referentes de profesionalidad y como transmisores de valores a las nuevas generaciones.
“Gracias por enseñar que los grandes proyectos se construyen con constancia, honestidad y trabajo en equipo".
Con emoción y gratitud, se cierra esta etapa con la satisfacción del deber cumplido y con la esperanza de que el legado construido inspire a aquellos que continúen el camino.