Girona activará 133 camas este invierno para que los indigentes que duermen en la calle puedan resguardarse las noches de frío intenso. De este total, habrá veinte camas extra que se repartirán entre La Sopa y la antigua Uned cuando se desplomen las temperaturas, y que se sumarán a las que habrá en los dos equipamientos. El Ayuntamiento activará el próximo lunes el Plan Frío. El alcalde, Lluc Salellas, ha explicado que aunque el número de personas sin hogar en la ciudad sea "fluctuante", tienen constancia de que los indigentes que se estaban en las naves abandonadas de la carretera Barcelona han buscado lugares similares donde pernoctar. Por otro lado, Salellas ha anunciado que Ayuntamiento y Diputación cubrirán a partes iguales los 400.000 euros de las obras de reforma de La Sopa.
Girona pondrá en marcha el próximo lunes el Plan Frío para este invierno, que sobre todo gira en torno a la antigua Uned. En este edificio del Barri Vell, el ayuntamiento ofrece camas para las personas sin hogar que duermen en la calle y que quieran resguardarse del frío durante las noches.
Este año, el dormitorio se ampliará en cuatro plazas hasta llegar a las 48. Habrá una más para jóvenes, otra reservada para mujeres y las dos restantes, para hombres. Para acceder al servicio -donde también se ofrece desayuno y una bebida caliente por la noche- los indigentes deben llegar derivados desde La Sopa o bien hacerlo a través del equipo que atiende a los jóvenes que viven en la calle.
El Plan Frío, que se activará este 1 de diciembre por séptimo invierno consecutivo, se alargará hasta el 30 de abril. El alcalde, Lluc Salellas, ha admitido que les habría "gustado" poder abrir antes este recurso, porque este mes ya ha habido noches en las que el frío ha sido intenso.
Salellas, sin embargo, también ha recordado que hasta finales de octubre la antigua Uned acogía el Plan Calor -que da refugio a los indigentes cuando los termómetros se disparan en verano- y que los procesos administrativos no han hecho posible activar las camas antes. "Estamos ofreciendo recursos a personas sin hogar durante casi doce meses a lo largo del año para resguardarse de las temperaturas", ha subrayado el alcalde
En paralelo a los 48 camas de la antigua Uned, el Ayuntamiento de Girona también dispone de 65 más -estas, durante todo el año- en el centro de acogida de La Sopa. Aquí, diariamente, también hay 120 indigentes que hacen comidas en el comedor.
Además, a todas estas camas –y como ya se hizo el año pasado– el consistorio añadirá 20 más de extra cuando haya episodios de frío intenso y las temperaturas se desplomen durante las noches. Como ha concretado la concejala de Igualdad y Justicia Social, este refuerzo "se repartirá" entre la antigua Uned y La Sopa.
Acuerdo para las obras
Durante la presentación del Plan Frío, el alcalde de Girona también ha concretado que el Ayuntamiento y la Diputación cubrirán a partes iguales las obras para sustituir las tuberías de La Sopa (para evitar que haya filtraciones y garantizar agua caliente a todas las plantas). Los trabajos costarán unos 400.000 euros. Salellas ha avanzado que dentro de pocas semanas la junta de gobierno local dará luz verde al proyecto de reforma, con el objetivo de poder licitar las obras para que comiencen a principios de 2026.
En paralelo, Salellas también ha explicado que el consistorio encargará un estudio integral del edificio para saber qué mejoras hay que llevar a cabo. "Es un análisis necesario para encarar su futuro y ver todas las intervenciones que se deberían hacer", ha dicho el alcalde.
Según el último recuento bianual de personas sin hogar que se ha hecho en la ciudad -el último fue en diciembre del año pasado- en Girona hay 111 indigentes que duermen en la calle. En relación con el primer recuento de 2016, la cifra prácticamente se ha doblado (porque entonces había 60).
El alcalde ha explicado que este aumento no se ha dado tan solo en Girona, sino también en el resto de grandes ciudades del país (donde la cifra de indigentes que duermen en porches, bancos o debajo de los puentes también se ha incrementado). Salellas, sin embargo, sí que ha querido explicar que el recuento se focaliza en aquellas personas que viven en la calle, y no que sufren situaciones de infravivienda.
Y aquí, ha dicho que desde el consistorio tienen constancia de que los indigentes que vivían en las naves abandonadas de la carretera Barcelona, o bien en el edificio ocupado de Tomàs Mieres, han optado por buscar "ubicaciones similares" en otros lugares de la ciudad (en lugar de dormir en plena calle).
