La localidad de El Port de la Selva ha vivido un verano dramático después de la muerte voluntaria de uno de sus principales empresarios, que gestionaba casi una decena de establecimientos de restauración que han tenido que cerrar. La mitad de los negocios estaban en primera línea de mar y el Ayuntamiento ha asegurado encontrarse en conversaciones con el nuevo socio principal para mantener la actividad.
Según ha indicado el segundo teniente de alcalde de El Port de la Selva, Roger Pinart, la empresa que gestiona los establecimientos de restauración tiene un nuevo socio mayoritario, que tiene el 51% de la sociedad. Al parecer, este nuevo socio estaría trabajando para reabrir los locales lo antes posible. Lamentablemente, sin embargo, el centenar de trabajadores no han podido ejercer su trabajo hasta que la situación se solucione. Durante la temporada baja, los restaurantes tienen una decena de trabajadores fijos.
Según indica la ACN, la esposa del empresario se suicidó el pasado mes de junio, una situación que habría dejado al hombre muy afectado. Pocas semanas después, él también intentó suicidarse, aunque inicialmente sobrevivió y quedó ingresado en el hospital. A finales de agosto, sin embargo, el hombre acabó muriendo. El hombre que regentaba la decena de establecimientos de restauración llevaba unos 30 años viviendo en El Port de la Selva con su esposa.

Después de la muerte del hombre, un nuevo socio se apoderó del 51% de acciones del grupo empresarial que gestionaba los bares y restaurantes en el pueblo costero. Aparte de estos negocios, también tenían en la Selva de Mar y Llançà. En este último establecimiento, la temporada ya se acabó de forma precipitada y cerraron el bar de playa antes de terminar agosto. El 51% de acciones de la empresa que gestionaba los locales pertenece ahora a TQ-MR Family II SL, una empresa que se encarga de la compra y venta de propiedades y la explotación de inmuebles y con un único socio y administrador.
El segundo teniente de alcalde, Roger Pinart, ha señalado que ha hablado con el nuevo propietario y le ha transmitido que su intención es volver a abrir los negocios. “Esto nos tranquiliza un poco”, recalca Pinart. El concejal ha admitido que la principal preocupación del consistorio son los trabajadores de los negocios —una decena fijos y hasta un centenar en temporada alta. Aparte de que han quedado cerrados una parte de los establecimientos que hay en primera línea de mar. Una imagen que podría afectar al turismo del municipio.
“Como Ayuntamiento nos estamos centrando en tener la información para saber cómo acabarán estos establecimientos y sus trabajadores, y creemos que será un proceso relativamente rápido”, ha afirmado. El matrimonio regentaba unos ocho establecimientos, que representan el 20% de los bares y restaurantes que hay en el municipio. La mayor parte de ellos, sin embargo, estaban concentrados en la fachada marítima. De hecho, gestionaban negocios tan emblemáticos como El Café de la Marina (conocido por ser el escenario de una de las obras de Josep Maria de Segarra) o Ca la Maria.