Las obras de restauración del Laberinto de Horta de Barcelona permiten descubrir nuevos detalles sobre sus estructuras

Gracias a la investigación arqueológica se ha descubierto que el riego del laberinto se hacía por inundación

30 de agosto de 2025 a las 11:13h

La restauración histórico-paisajística del laberinto vegetal del parque del Laberinto de Horta de Barcelona ha permitido documentar con detalle las estructuras originales del espacio. Los trabajos, dirigidos por los arqueólogos Joan Llaberia y Òscar Varas (ABANS Serveis Culturals), han confirmado el buen estado de conservación de los cimientos del laberinto y de su sistema de riego original, diseñado en el siglo XVIII. Los restos han sido debidamente registrados y protegidos, y han quedado nuevamente enterrados para poder garantizar la continuidad de las obras. Los trabajos en el laberinto finalizarán en marzo de 2026 con la plantación de 2.211 cipreses que recuperarán el kilómetro y medio de recorrido.

La investigación arqueológica ha puesto de manifiesto que el riego del laberinto se hacía por inundación, con la entrada de agua localizada en el ángulo este y un sistema de distribuidores y canalizaciones que comunicaban los parterres. El desnivel natural del terreno (2,37 metros) permitía que el agua avanzara hasta la salida en el sector sur. En total, se han documentado 57 tramos de canalizaciones, muchas de las cuales mantienen aún su fisonomía original, a pesar de las reformas puntuales de principios del siglo XX. En la zona oeste también se ha identificado una mina que recogía el agua sobrante para conducirla hacia el antiguo lavadero, conocido como 'El lavadero de los peces'.

Estos hallazgos confirman las hipótesis creadas a partir de los planos originales del ingeniero italiano Domenico Bagutti, uno de los creadores del jardín, y aportan nuevos datos sobre el uso del agua y la organización del espacio en el momento de su concepción.

El Parque del Laberinto de Horta es un conjunto de jardines de 54 hectáreas creados a partir de 1791 por encargo del marqués de Llupià, de Poal y de Alfarràs, Joan Antoni Desvalls. El proyecto contó con la participación del jardinero francés Devalet, el maestro de obras catalán Jaume Valls y el ingeniero italiano Domenico Bagutti. La familia Desvalls mantuvo la propiedad hasta los años setenta del siglo XX, cuando el Ayuntamiento de Barcelona asumió la gestión. El parque se abrió al público en 1971, y en el año 1994 se restauró en profundidad para convertirse en un jardín museo. Actualmente es Bien Cultural de Interés Local y está en proceso de ser declarado Bien Cultural de Interés Nacional.

Las obras de restauración del laberinto vegetal, iniciadas en el mes de marzo, avanzan según el calendario previsto y finalizarán en marzo de 2026. La actuación permitirá replantar 2.211 cipreses para recuperar el recorrido original de un kilómetro y medio de caminos, renovar el pavimento con materiales más permeables e introducir un nuevo sistema de riego por goteo, sostenible y adaptado a las necesidades de la vegetación. El proyecto, con un presupuesto de 1,32 millones de euros financiados mayoritariamente con fondos europeos Next Generation, garantizará la preservación del jardín y su integración patrimonial y paisajística.

Durante el período de las obras, el laberinto permanecerá cerrado al público, pero el resto del parque se mantiene abierto con normalidad.

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