Las prisiones en Cataluña están viviendo una situación cada vez más preocupante en cuanto a la seguridad, con peleas y agresiones violentas entre internos y a menudo, de estos con el personal de las prisiones.
El caso más reciente se produjo ayer miércoles 22 de octubre, en el Centro Penitenciario Quatre Camins, situado en la Roca del Vallès. Un interno del módulo 2 intentó matar a su compañero de celda tras una propuesta sexual, según ha informado ElCaso.cat. La violencia se desencadenó de manera inesperada, cuando, un recluso condenado por robos con violencia, agredió a su compañero. Según fuentes internas, el agresor consiguió un martillo de uno de los talleres y atacó a la víctima en la cabeza con varios golpes. Las heridas fueron tan graves que los servicios médicos del centro tuvieron que actuar de manera urgente, trasladando a la víctima al Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Los motivos de este enfrentamiento aún se encuentran en investigación, aunque todo apunta a que haya sido fruto de un conflicto personal no resuelto.
Las tensiones dentro de las prisiones no solo afectan a los internos. En las últimas semanas, varios funcionarios han sido víctimas de agresiones físicas. Los trabajadores de las prisiones denuncian que las agresiones contra el personal se han convertido en una práctica cada vez más común. Según ellos, a pesar de los esfuerzos por establecer protocolos de seguridad y convivencia, la situación dentro de los centros penitenciarios sigue siendo extremadamente difícil de controlar. La falta de recursos y la sobrepoblación en algunas instalaciones son factores que agravan aún más una situación ya insostenible.
