En menos de una semana, seis trabajadores y trabajadoras de las prisiones catalanas han sufrido múltiples agresiones por parte de los internos. El primer episodio fue el pasado 14 de octubre, cuando un individuo rompió la nariz a un funcionario de un puñetazo por intentar aplicar el procedimiento antichinches. Acto seguido, el día 17, dos trabajadoras fueron agredidas por otro interno al que intentaban trasladar de celda.
Las agresiones de las que tanto se han quejado los empleados no se han detenido aquí y ayer el mismo delincuente que rompió la nariz a un funcionario agredió a otros tres. Los hechos tuvieron lugar en el Centro Penitenciario de Quatre Camins en La Roca del Vallès, donde el joven de 23 años se negó a pasar por el detector de metales. Este procedimiento rutinario se realiza a todos los presos cuando entran y salen de las celdas, pero parece que este se negó, alegando que "no tenía que seguir el protocolo porque no llevaba nada".
El joven de 23 años acabó en el módulo de aislamiento
La situación se desencadenó en el patio del módulo dos de la prisión y el joven increpó e insultó a los trabajadores. Después de que estos pidieran en reiteradas ocasiones al interno que pasara por el detector de metales, el individuo se abalanzó sobre uno de ellos para golpearlo, rompiéndole las gafas. Después los compañeros que intervinieron para ayudarlo también recibieron varios golpes del recluso, quien finalmente acabó reducido y con las esposas puestas.
De esta forma, la dirección del centro optó por trasladar al agresor al módulo de aislamiento entre gritos, insultos y amenazas, tal como ha compartido El Caso. Por suerte, las víctimas solamente han sufrido una contusión en la cabeza y un golpe en el ojo, por lo que las heridas no fueron graves y después de la atención sanitaria no habrían recibido la baja laboral.
Con el objetivo de poner fin a esta ola de agresiones, el Departamento de Justicia ha anunciado que implementará inhibidores de móviles, escáneres corporales y tecnología para evitar la presencia de drones en las prisiones, los cuales se utilizan para enviar droga. Además, el consejero Ramon Espadaler se ha mostrado "preocupado" por el clima de tensión que hay en los centros penitenciarios del país, a la vez que ha asegurado que trabajan para dotar de "más seguridad" a las prisiones para proteger a los funcionarios.
