El Centro Penitenciario de Quatre Camins, situado en la Roca del Vallès, vive semanas de gran inquietud tras una sucesión de incidentes violentos y hallazgos preocupantes. En el último mes, varios funcionarios e internos han sido víctimas de agresiones.
Este episodio se añade a otras situaciones que han incrementado la sensación de inseguridad entre el personal penitenciario, que denuncia la falta de medidas de protección adecuadas. Fuentes sindicales señalan que el problema no es exclusivo de Quatre Camins, sino que se extiende a otros centros penitenciarios catalanes, donde el control de objetos prohibidos sigue siendo insuficiente.
Entre el 20 y el 26 de octubre, los funcionarios del centro localizaron varias armas blancas escondidas entre las pertenencias de los internos. En uno de los casos, ocultaba tres navajas dentro de los panecillos que reciben para comer, según ha adelantado ElCaso.cat.
Además, durante los registros recientes, se confiscaron cerca de una veintena de teléfonos móviles repartidos entre diferentes módulos. En uno de los casos, un solo interno poseía tres. Estos dispositivos se utilizan a menudo para mantener comunicaciones ilícitas con el exterior, y los funcionarios han detectado que algunos llegan a través de drones, que también pueden transportar pequeñas cantidades de droga.
Según datos oficiales, proporcionados por el propio medio, Quatre Camins es actualmente el centro penitenciario catalán donde se confiscan más móviles. Este aumento constante de material prohibido y de agresiones ha reabierto el debate sobre la seguridad en los centros penitenciarios y la necesidad de incrementar los recursos y el personal para garantizar tanto la protección de los trabajadores como la convivencia entre internos.