El Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado este viernes a repartir un total de 10.400 carteles que se colocarán en las porterías de los cinco distritos de la ciudad con más impacto turístico: Ciutat Vella, Eixample, Gràcia, Sant Martí y Sants-Montjuïc. Los carteles, en catalán, castellano e inglés, forman parte de una campaña de comunicación específica para reforzar la lucha municipal contra las viviendas de uso turístico (HUT) ilegales. El objetivo concreto es recordar tanto a la ciudadanía como a los visitantes que pueden usar una herramienta para consultar si un piso turístico en cuestión tiene o no licencia y así colaborar en la lucha contra este tipo de alojamiento.
La herramienta se puede consultar en la web barcelona.cat/habitatgesturistics o bien en www.fairtourism.barcelona y está disponible en catalán, castellano, inglés, francés y alemán.
La campaña será visible en las calles de la ciudad hasta el próximo mes de septiembre y contará también con carteles en diferentes soportes que hay en el espacio público. Además, tendrá continuidad en internet, con soportes en webs y redes sociales que también aparecerán en países de origen del turismo.
Más allá de la campaña, sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona trabaja para reducir y perseguir la actividad de los pisos turísticos ilegales. Desde 2016 el consistorio ha impuesto más de 11.500 sanciones y casi 11.600 órdenes de cese, lo cual ha permitido pasar de tener unos 6.000 pisos ilegales activos a detectar solo una media de 300 anuncios ilegales cada mes. En paralelo, esto ha permitido recuperar casi 3.900 viviendas como residencias permanentes.
El Ayuntamiento se ha comprometido a extinguir las licencias de los cerca de 10.000 HUT legales que hay en la ciudad a partir del año 2028, una decisión que cuenta con el aval del Tribunal Constitucional. De hecho, independientemente de la legalidad o no de este tipo de alojamiento, la última encuesta de percepción del turismo 2024 recoge que el 63,7% de la población de Barcelona considera que las viviendas turísticas ocasionan muchas o bastante molestias al vecindario y, además, que uno de cada cuatro habitantes de la ciudad cree que en su barrio hay demasiados alojamientos turísticos.