El III Simposio de Aprendizaje Servicio y Servicio Comunitario Ambiental, celebrado el jueves 3 de julio en el Centro Cultural de Bellvitge-Gornal de l'Hospitalet de Llobregat, reunió a cerca de 200 personas y acogió la presentación de unas cincuenta experiencias, varias de ellas impulsadas por la Red de Parques Naturales y el Área de Acción Climática de la Diputación de Barcelona.
Con el lema Aprendemos, nos comprometemos. ¿Transformamos?, el Simposio puso el foco en la visibilización, la exploración y la evaluación del impacto del aprendizaje servicio (APS) tanto en los diferentes agentes implicados como en el entorno. El APS es una propuesta educativa innovadora que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto, en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades reales con el objetivo de mejorar el entorno.
Consolidado como una plataforma de reivindicación de los proyectos de APS ambiental como herramienta educativa y de transformación social, el Simposio también se convirtió en un espacio de encuentro, intercambio y colaboración entre entidades, centros educativos y entes locales. Esta tercera edición se centró en reflexionar y evaluar si el APS genera cambios significativos en la comunidad educativa y su entorno, con una mirada poliédrica y con énfasis especial en la experiencia del alumnado.
El informe de conclusiones destaca los efectos positivos de los proyectos de APS ambientales en niños y adolescentes, tanto por el aprendizaje significativo y vivencial que aportan como por el desarrollo de competencias, crecimiento personal, salud y bienestar. También se remarca su contribución en la transmisión de valores y actitudes, y en el conocimiento del territorio y del entorno natural. Además, los APS mejoran la calidad educativa, favorecen las salidas escolares, transforman y cohesionan los centros, conectan el entorno, fomentan el trabajo en red y favorecen el desarrollo profesional del profesorado.
En cuanto a entidades e instituciones, los proyectos incrementan su visibilidad y reconocimiento, y contribuyen a tejer colaboraciones y redes de trabajo, a la vez que sensibilizan y generan impacto en la población. En el caso de la ciudadanía y la comunidad, los beneficios se centran en la concienciación, la participación activa, la cohesión social y la mejora de la calidad de vida. Todo ello se traduce en acciones concretas de conservación y restauración con un impacto ambiental visible y apreciable.

Presentación de iniciativas
El simposio se estructuró en varios espacios. En el Espacio Diálogo se llevó a cabo una dinámica participativa conducida por Big Van Ciencia, donde se expusieron proyectos como el servicio comunitario desarrollado en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac, centrado en educación ambiental y accesibilidad a los parques naturales, a cargo de alumnos y profesorado de la Escuela Creixen de Terrassa.
El Espacio Busco y Ofrezco fue un punto de conexión entre centros educativos, administraciones, entidades del territorio y usuarios de los proyectos de APS y Servicios Comunitarios. Participaron 13 proyectos con impacto ambiental y social, una oportunidad para generar alianzas, compartir recursos y hacer crecer iniciativas transformadoras.
En cuanto al Espacio Ágora, se presentaron 34 experiencias de APS ambiental de toda Cataluña, distribuidas en seis ámbitos. Entre estas, el APS Ballenas y delfines en Vilanova i la Geltrú, promovido por el Centro de Estudios del Mar de Sitges de la Oficina de Educación y Promoción Ambiental de la Diputación de Barcelona, o las que se realizan en el Parque de la Serralada de Marina: ‘Viviendo la arqueología’, del Instituto Montserrat Miró, y Buenas prácticas en parques y bibliotecas de la serralada de Marina, con el ISMAB. También la iniciativa La naturaleza como fuente de salud, en el Parque del Garraf, o Guilleries-Savassona en la escuela, a cargo de técnicos de la Diputación de Barcelona.
La clausura del Simposio contó con una intervención artística de TPK Arte y Pensamiento Contemporáneo. La primera acción fue un proceso de escritura colectiva sobre tela a partir de la pregunta “¿Cómo me comprometo para un futuro sostenible?”, mientras que la segunda fue un acto poético en el que el artista se envolvió con una tela colgada de un árbol, a modo de crisálida.
