El año 2025 quedará grabado en la memoria colectiva de las Terres de l'Ebre como un período intenso, sacudido por grandes emergencias climáticas, conflictos en infraestructuras clave y decisiones estratégicas con impacto a largo plazo sobre el territorio.
Incendios e inundaciones, las grandes tragedias del año
El verano quedó profundamente marcado por el gran incendio forestal de Paüls, iniciado el 7 de julio en el barranco del Infierno. El fuego, empujado por el viento, arrasó 3.300 hectáreas de terreno forestal y agrícola en los municipios de Paüls, Xerta, Aldover, Tivenys y Alfara de Carles. Su virulencia obligó a confinar la población durante dos días y, a pesar de evitarse la entrada al parque natural de Els Ports, el incendio cruzó el río Ebro en Xerta. Con el fuego ya controlado, un bombero perdió la vida al caer por un precipicio durante las tareas finales de extinción. El origen del siniestro se atribuye a una hoguera mal apagada y un hombre es investigado por negligencia.
En otoño, el 12 de octubre, una borrasca asociada a la tormenta Alice provocó lluvias torrenciales sin precedentes en el Montsià. Municipios como Godall, la Ràpita, Alcanar, Santa Bàrbara o Ulldecona sufrieron inundaciones graves y barrancadas que cortaron carreteras principales como la C-12 y la AP-7. A pesar de la magnitud de los daños materiales y los numerosos rescates de emergencia, el episodio se cerró sin víctimas mortales.
Movilidad y transporte, un foco constante de conflicto
El malestar entre los usuarios del tren estalló el 22 de marzo, a raíz de la pérdida de servicios ferroviarios tras las obras del túnel de Roda de Berà. Las líneas R-15 y R-16 continúan acumulando retrasos, el territorio pierde trenes semidirectos hacia Tarragona y Barcelona, y no se han ampliado las frecuencias de Avant. La plataforma Trens Dignes volvió a movilizarse, incluso con cortes de carretera, denunciando un agravio persistente.
En la red viaria, la situación en la AP-7 obligó al Govern a actuar. Tras varios accidentes graves, uno de ellos mortal, Interior anunció el 20 de noviembre un plan de choque que incluye la reducción de la velocidad a 80 km/h para camiones y 100 km/h para turismos entre L'Ametlla de Mar y Amposta, así como más controles y tecnología para detectar la fatiga de los conductores profesionales.
El proyecto Castor entra en la fase final
Uno de los anuncios más relevantes del año llegó el 14 de abril, cuando el gobierno español autorizó el sellado y abandono definitivo de los pozos submarinos del proyecto Castor. Enagás completó en agosto la primera fase, colocando tapones de fondo para aislar el yacimiento. A pesar de ello, la detección de cuatro pequeños sismos en el golfo de Valencia generó inquietud, y tanto el Ayuntamiento de Alcanar como entidades del Sénia exigieron más transparencia sobre la evolución de los trabajos.
Medio ambiente, agricultura y mar
El 2025 también fue clave en el ámbito ambiental. La Confederación Hidrográfica del Ebro estudió por primera vez la movilización de sedimentos durante las crecidas controladas de los pantanos, comprobando que el material en suspensión aumenta hasta veinte veces en el Delta. Paralelamente, la polémica por la retención de lodos en las presas llegó a los juzgados.
En el mundo agrario, el primer censo de olivos monumentales de Cataluña reveló que el Montsià concentra la gran mayoría de estos árboles, especialmente en Ulldecona. Este inventario debe permitir avanzar en ayudas y protección de un patrimonio histórico y productivo que este año ha generado 6.000 litros de aceite de alta calidad.
También llegó, finalmente, el agua del canal Xerta-Sénia a la primera fase del regadío, después de décadas de proyectos e inversiones. El Gobierno confía en que el riego ayude a frenar el abandono agrícola en el Baix Ebre y el Montsià.
En cambio, el sector acuícola volvió a sufrir un fuerte revés: las altas temperaturas provocaron la muerte del 90% de la cría de mejillón en el Delta. Como respuesta, Agricultura autorizó un vivero de semilla autóctona en mar abierto, frente a la costa de L'Ametlla de Mar.
Infraestructuras, industria y energía
El 2025 trajo noticias relevantes en infraestructuras. La Diputación de Tarragona desbloqueó el proyecto de mejora de la T-2021 entre la Ràpita y Poble Nou del Delta, una carretera largamente reivindicada, con una licitación revisada que permitirá iniciar las obras en 2026.
En clave de futuro, Móra la Nova se posicionó como candidata a acoger una gigafactoría de inteligencia artificial de la Unión Europea, dentro de un proyecto liderado por Telefónica que pone en valor la disponibilidad de agua y energía del territorio.
En el ámbito energético, el debate nuclear revivió con la posible prórroga de Almaraz, mientras en Ascó continúan las obras de un nuevo almacén de residuos. Al mismo tiempo, los fondos nucleares repartieron más de 52 millones de euros al territorio, no exentos de polémica por el impacto ambiental de las centrales.
Cambio climático y servicios públicos
En noviembre, Alcanar inició la tasación de viviendas del barranco del Llop para derribarlas y realojar a los vecinos, convertidos en los primeros desplazados climáticos de Cataluña tras sufrir cinco inundaciones en siete años.
Finalmente, diciembre trajo una buena noticia sanitaria: Patrimonio autorizó reanudar las obras de ampliación del Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, paradas por restos arqueológicos, mientras el Govern mantiene la apuesta por un nuevo hospital en la capital del Baix Ebre.