El modelo económico de Cambrils: cuidarlo o ponerlo en riesgo

Artículo de opinión de Enric Daza Micol, concejal y portavoz de Junts - Compromís per Cambrils y exconcejal de Urbanismo y Obra Pública del municipio

Enric Daza Micol
Enric Daza Micol
04 de septiembre de 2025 a las 11:35h

Cambrils tiene un modelo económico claro e indiscutible: el turismo. Nos puede gustar más o menos, pero es la realidad que alimenta —directa o indirectamente— nuestra economía, nuestros servicios y nuestro progreso como ciudad. No hay marcha atrás: el turismo es nuestra columna vertebral y lo que hay que hacer es gestionarlo bien, cuidarlo y promoverlo con ambición.

Ahora bien, aparte del turismo hay algo más que nos define. La agricultura y la pesca forman parte de nuestra identidad y de nuestro ADN como municipio. Han sido históricamente el motor de la vida cambrilense, y aún hoy generan valor y singularidad. Un valor y una singularidad que como municipio debemos integrar en la oferta turística. El futuro de Cambrils pasa también por reforzar el turismo desde diversas ópticas con dos sectores tradicionales que han perdido su peso específico en la economía, pero que son compatibles con el desarrollo turístico siempre que sean distintivos y nos hagan singulares.

Pero si queremos ser competitivos frente a otros destinos, debemos ser exigentes con nosotros mismos. Debemos garantizar el cuidado de nuestras playas, un mantenimiento constante del espacio público, una jardinería cuidada, una limpieza viaria ejemplar y una recogida de residuos eficiente. Todo ello configura la imagen que reciben los visitantes y, a la vez, la calidad de vida de los vecinos.

Cambrils no puede funcionar por inercia. No podemos confiarnos pensando que la gente vendrá siempre. El mundo es competitivo y, si no ofrecemos un nivel alto y constante, los turistas escogerán otros destinos. No podemos permitir que la imagen de Cambrils decaiga ni que se consolide la idea de que somos una ciudad que vive de un pasado de esplendor, pero que no se pone al día.

Nuestro reto es adelantarnos al crecimiento, oxigenar las zonas más concurridas y apostar por nuevos proyectos que generen espacios de calidad para residentes y visitantes. Pero esto sólo será posible si establecemos como prioridad absoluta el mantenimiento y la planificación, dotando al personal municipal de los recursos necesarios y, sobre todo, con liderazgo político que marque el rumbo. Debemos dar saltos de calidad que nos permitan poner a las personas en el centro. Mejorar la calidad de vida de los que vivimos aquí para mejorar también la de nuestros visitantes.

Nosotros lo tenemos claro y apostar por expandir nuestra realidad que puede darnos oportunidades con el turismo rural y dar salida a los propietarios, en un término que cuenta con hectáreas y masías, actualmente empobrecidos, degradados o marginados que pueden suponer la atracción de visitantes que buscan algo diferente con la originalidad del km 0, de la degustación de producto de proximidad, siempre con una estrategia a largo plazo. Pensamos que dos terceras partes de nuestro término es rural, lo debemos cuidar poner en valor y hacer una apuesta por el medio ambiente que atraiga también un turismo slow y una opción más saludable. 

También debemos ser conscientes de que la vivienda se ha convertido en una de las principales tensiones de nuestro modelo. Muchas personas que trabajan en sectores vinculados al turismo —restaurantes, hoteles, comercio, servicios— tienen dificultades para vivir en Cambrils. Si no ponemos remedio, podemos poner en riesgo una parte esencial de nuestra economía: la gente que cada día la hace funcionar.

Cambrils ha crecido con la fuerza del turismo de proximidad, el turismo nacional, que ha sido fiel y ha actuado como base sólida en los momentos difíciles. Si maltratamos este segmento, ¿qué nos queda? ¿Tenemos un plan alternativo? La respuesta es clara: no. Y, por lo tanto, nos lo jugamos todo.

Debemos trabajar sin complejos para engrandecer este modelo económico, pero con responsabilidad, porque no es un camino automático ni garantizado. No hay futuro posible con un Cambrils que sólo quiera ser ciudad dormitorio. El futuro implica reforzar y modernizar nuestro liderazgo turístico, con la agricultura y la pesca como ejes complementarios e identitarios, buscando siempre la excelencia y escuchando las necesidades tanto de la población como de los visitantes.

Cambrils tiene la oportunidad de seguir siendo referente. Pero sin una estrategia clara, un liderazgo fuerte y una apuesta seria por el mantenimiento y la imagen, corremos el riesgo de quedarnos atrás. Y esto, simplemente, no nos lo podemos permitir. A pesar de que lo tengamos claro quién lo debe ejecutar esta temporada, se ha demostrado, parece que ha estado de vacaciones.

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