La URV se consolida como una de las universidades más inclusivas y seguras

La revista Times Higher Education la sitúa como líder en España en el último ranking de impacto de universidades en igualdad

01 de octubre de 2025 a las 19:36h

La Universidad Rovira i Virgili es cada vez más inclusiva y segura. Esta no es una afirmación gratuita, sino que se sustenta en dos reconocimientos prestigiosos recientes que, de hecho, la sitúan como líder en políticas de igualdad. Por un lado, la revista Times Higher Education (THE), referente en el sector, la sitúa como líder en España en el último ranking de impacto de universidades en igualdad, y por otro, la Unión Europea le concedió el año pasado el galardón EU Gender Equality Champions, por el alto nivel de logro en la implementación de los planes de igualdad.

Con la aprobación del primer Plan de igualdad, en 2007, la URV ya se convirtió en una universidad pionera en el ámbito catalán y en España. Aquel primer plan fue fruto de los resultados de un informe presentado meses antes, La desigualdad de oportunidades por razón de género en la URV, que puso de manifiesto situaciones de desigualdad y discriminaciones hacia las mujeres que era necesario cambiar. A aquel primer Plan (2007-2010), le sucedieron dos más (2011-2019 y 2020, actualmente vigente) con medidas encaminadas a eliminar discriminaciones y resolver desequilibrios en la Universidad. Los avances obtenidos, una vez aplicadas las medidas, son evaluados y se comparten públicamente, y, de hecho, es precisamente el alto nivel de cumplimiento de la hoja de ruta trazada por las acciones lo que ha motivado tanto el reconocimiento de la Unión Europea como la clasificación de la URV en la posición 47 de 1.361 universidades de todo el mundo que ha evaluado la revista THE en igualdad de género.

Una universidad más inclusiva

“Estos reconocimientos son la guinda a una trayectoria larga y a todo el trabajo que desde hace muchos años se realiza en la Unidad de Igualdad, sobre todo a través de los planes de igualdad. Aunque queda trabajo por hacer, como la reducción de la brecha salarial y la presencia de más mujeres en los cargos de dirección, el impacto de las políticas de igualdad de género de la URV está garantizado por un compromiso institucional firme y a largo plazo”, explica Cilia Willem, directora de la Unidad de Igualdad.

En 2020, la URV reafirmó el compromiso con la igualdad entre mujeres y hombres con la creación de la Unidad de Igualdad, encargada del diseño, la implementación y la evaluación del Plan de Igualdad vigente, así como de la organización de formación, la promoción de campañas de sensibilización, la recogida de datos y el apoyo a los consejos de igualdad en todos los centros. Es el órgano técnico que se encarga de impulsar estos planes y también realiza diagnósticos periódicamente del estado de la igualdad a través del Observatorio, así como acciones formativas y de sensibilización a la comunidad universitaria.

Una universidad más segura

En cuanto a la lucha contra la discriminación y el acoso por razón de sexo y la violencia machista, la URV ha aprobado recientemente un nuevo protocolo de prevención y actuación “mucho más ágil y claro y unificado para toda la comunidad universitaria”, tal y como explica Cilia Willem. Hasta ahora, la URV disponía de un protocolo para las violencias machistas y contra el colectivo LGTBI sufridas por el estudiantado y otro en caso de acoso a personal de la URV en el lugar de trabajo que incluía cualquier tipología: sexual, psicológico, laboral, de racismo… El nuevo protocolo abarca a toda la comunidad universitaria y se centra, en cuanto al acoso, en el sexual y en el motivado por razón de sexo, orientación sexual, identidad y expresión de género.

Las líneas de acción del protocolo van desde la prevención y la sensibilización hasta el seguimiento de los casos y la evaluación de las actuaciones, dando especial relevancia al acompañamiento y la reparación de los daños. Así, todos los miembros de la URV deben actuar de forma diligente para prevenir y evitar que haya situaciones de acoso. La institución, por su parte, se compromete a impulsar acciones de sensibilización, velar por que los nuevos planes de estudio incluyan formación específica en violencias, promover la realización de cursos específicos en este ámbito, destinar los recursos para asegurar la aplicación de las medidas de acompañamiento y reparación, y dotar a la Unidad de Igualdad de los recursos humanos y materiales adecuados para cumplir su función de prevención, sensibilización, detección, atención y reparación.

También hay que garantizar la presencia de puntos lilas y puntos multicolor en los eventos celebrados en la Universidad. “Los hay en los diferentes campus y facultades, donde las personas que hayan sufrido alguna situación de acoso sexual o por razón de género, o hayan sido testigos, pueden comunicar los hechos a través de un código QR”, explica Willem. En la mayoría de eventos organizados por la URV, como es el caso de la fiesta mayor, también hay puntos lilas.

Los puntos lilas, de hecho, también pueden recoger quejas o sugerencias, que también pueden llegar a otro elemento de descentralización de la Unidad de Igualdad, los consejos de igualdad, formados después de tres años de funcionamiento por más de 60 agentes lilas. “Son grupos informales, específicos de cada facultad, liderados por una figura oficial, que es la responsable de igualdad de cada centro. La distribución de los consejos de igualdad por las diferentes facultades les permite estar al corriente de todo lo que pasa y de las necesidades que se plantean en materia de igualdad. De otro modo sería más difícil mantener esta conexión, ya que la Unidad de Igualdad tiene la base en el campus Catalunya”, comenta Willem.

Una vez se detecta un caso después de recibir las comunicaciones por los diversos canales en los que es posible dirigirse a la Unidad de Igualdad, se activa el protocolo, que se inicia con medidas de acompañamiento a la persona afectada desde el momento inicial (derivación a servicios de apoyo psicológico, justificación de ausencias, asesoramiento…) y continúa con las acciones de identificación y detección de las violencias y acosos, siempre garantizando el acompañamiento a la víctima y la reparación de los daños.

A partir de aquí, se puede activar la comisión de investigación, formada por el director o directora de la Unidad de Igualdad, una persona del Gabinete Jurídico y un experto externo a la URV. También se podrán adoptar las medidas provisionales por parte del rector a propuesta de la Unidad de Igualdad (cambio de grupo de docencia, suspensión de matrícula, cambio de puesto de trabajo…), y las medidas de reparación integral, desde las simbólicas (declaración de rechazo…) hasta, por ejemplo, traslados de expediente, reordenaciones del tiempo de trabajo o movilidades geográficas.

El protocolo también da especial importancia a las acciones de seguimiento de las medidas adoptadas y a la evaluación de los casos y del funcionamiento de todo el proceso. En este sentido, se crea una comisión de seguimiento y evaluación formada por representantes de la parte institucional y la parte sindical de la Universidad que, si es necesario, hace propuestas de mejoras.

Cilia Willem recuerda que la URV, como todas las universidades, “tiene la responsabilidad de hacer un abordaje integral para prevenir las violencias machistas, intervenir si se dan y reparar a las personas que las hayan sufrido”. Las medidas previstas para garantizar este abordaje integral van más allá de la perspectiva sancionadora y enfatizan, además del acompañamiento de las personas afectadas, la adopción de medidas de incidencia comunitaria orientadas, tal y como reitera Willem, a un cambio cultural feminista, interseccional e igualitario.

Así, la URV continúa progresando en cuanto a la presencia de la mujer en los diferentes colectivos. Especialmente significativa es la mejora entre el personal docente e investigador (PDI), el que más déficit presentaba hasta ahora en este aspecto y en el que se está caminando hacia la paridad. De hecho, las mujeres representaban el 41% del personal docente e investigador de la URV en 2012 (teniendo en cuenta las horas de contrato, es decir, si el personal se expresa en equivalentes a jornadas completas), mientras que en 2023 ya llegaba al 49%. En el global de toda la comunidad universitaria, las mujeres representan el 58% del total, tres puntos por encima de la media tanto de las universidades públicas catalanas como de las españolas.

Eso sí, sigue habiendo falta de mujeres en los puestos de liderazgo, se sigue detectando la brecha salarial entre hombres y mujeres y, específicamente, en los departamentos del ámbito STEM (de las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas), en los que también hay una presencia baja de chicas entre el estudiantado, a pesar del ligero aumento de los últimos años. Es en estos puntos en los que la Unidad de Igualdad centra “el trabajo que aún falta por hacer” que apunta Cilia Willem.

Una de las actividades que se organizan desde la Unidad de Igualdad para seguir incrementando la representación femenina en los sectores tradicionalmente masculinizados es el Girls’ Day, orientado a despertar vocaciones científicas y acercar a las alumnas de secundaria a los estudios STEM. Con la colaboración de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Química, el Girls’ Day se celebra cada año alrededor del 11-F, Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, y se programan charlas, talleres y acciones diversas para reivindicar la figura de la mujer investigadora con el objetivo de revertir unas cifras que, muchas veces, la sitúan en un segundo plano en la investigación.

Son acciones que deben recoger frutos a medio y largo plazo, por lo que es difícil medir su impacto inmediato, tal y como admite Cilia Willem, que recuerda que luchan contra inercias culturales que se deben trabajar incluso en primaria, “en la que se detecta que las niñas aún se perciben como menos inteligentes y los maestros, inconscientemente, a menudo dan un trato diferente a los niños”.

El contexto, sin embargo, es cada vez mejor, ya que, por ejemplo, en la URV destaca el aumento de mujeres que lideran los 87 grupos de investigación reconocidos por la Generalitat, ya que en sólo diez años se ha pasado del 24% al 52% de los grupos con una mujer como cabeza. También sigue aumentando el número de mujeres doctoras honoris causa y de mujeres que participan en actos singulares, como las lecciones inaugurales. Que las niñas y las chicas tengan cada vez más referentes es clave para consolidar sus vocaciones.

Entre el estudiantado también hay iniciativas en este sentido, como la constitución de Existim-Asociación de Estudiantes de Ingeniería, una entidad que quiere promover la igualdad de género en la ingeniería, plantar cara a los estereotipos y dar visibilidad al colectivo de mujeres relacionadas con este ámbito del conocimiento. La asociación se ha marcado como objetivo difundir la ingeniería entre las jóvenes y fomentar la interacción entre chicas de diversas disciplinas dentro de la Universidad.

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C CIUTAT
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