A punto de cumplir cuatro años, el servicio de rehabilitación cardíaca con fisioterapia del Hospital Joan XXIII ha atendido a más de 400 pacientes y se ha consolidado como una herramienta clave para recuperar la capacidad física, reducir el riesgo de nuevos episodios y mejorar la calidad de vida de las personas que han sufrido un problema cardíaco.
En el marco del Día Mundial de la Fisioterapia, que se celebra este 8 de septiembre, el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona ha puesto de relieve la labor que hacen los profesionales de la fisioterapia y, en especial, el papel clave que tienen en la rehabilitación cardíaca.
Desde la puesta en marcha del programa, en octubre de 2021, el servicio de recuperación cardíaca ha demostrado efectos muy positivos en la recuperación y la calidad de vida de los pacientes. La mayoría son personas que han sufrido un infarto o una angina de pecho y que presentan factores de riesgo como el sedentarismo, el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado o el estrés.
El programa de rehabilitación cardíaca incluye un mínimo de 20 sesiones dirigidas por un fisioterapeuta, en el que los pacientes realizan estiramientos, entrenamiento de fuerza y ejercicio aeróbico con cinta o bicicleta estática. Durante toda la sesión, están monitorizados y guiados por el fisioterapeuta, que controla su frecuencia cardíaca y el nivel de esfuerzo percibido.
“Nuestro objetivo es que el paciente salga de aquí no sólo recuperado del episodio cardíaco, sino con una vida nueva y más activa”, explica David Sánchez, fisioterapeuta en rehabilitación cardíaca. Además de la actividad física, los pacientes asisten a charlas semanales con especialistas en nutrición, cardiología y enfermería, que les ayudan a tomar conciencia de la importancia de mantener unos hábitos saludables.
Mejoras constatadas
Los datos recogidos en el centro entre 2021 y 2024 muestran que la rehabilitación cardíaca mejora la capacidad de consumo de oxígeno y la condición física de todos los pacientes, independientemente de su nivel de actividad previa o del riesgo inicial. Conviene destacar a los pacientes más sedentarios y con mayor riesgo cardiovascular, ya que son los que registran mejores progresos, porque tienen un margen de mejora.
“La rehabilitación cardíaca funciona con certeza absoluta”, afirma David Sánchez. “Cuando vemos cómo mejoran su capacidad física y cómo incorporan nuevos hábitos, tenemos la confirmación de que este trabajo tiene un impacto real en sus vidas”.
Una vez finalizado el programa, la mayoría de los pacientes consiguen mejorar su capacidad cardíaca y física incluso más allá de cómo estaban antes del infarto. Pero lo más importante es el mensaje que se llevan: la prevención y la actividad física son claves para vivir mejor y reducir el riesgo de nuevos episodios cardíacos.
En el Día Mundial de la Fisioterapia, el Hospital Joan XXIII pone de relieve el trabajo de los fisioterapeutas y su contribución fundamental en la salud de la ciudadanía. La rehabilitación cardíaca es un ejemplo claro: una segunda oportunidad para cuidar el corazón y aprender a vivir con más salud.