Este pasado miércoles de madrugada, la Guardia Urbana de Tarragona recibió varias llamadas alertando de un grupo de turistas franceses que estaban consumiendo drogas, alcohol e incluso manteniendo sexo en la playa del Miracle. Bajo la indignación de los vecinos que presenciaban la escena sorprendidos, los agentes llegaron, una presencia que no gustó nada a los jóvenes.
Algunos de los franceses, los cuales se comprobó que estaban consumiendo alcohol con botellas de cristal en la playa y estaban drogados, se enfrentaron directamente con los agentes. A consecuencia de esta disputa, la operación de la Guardia Urbana de Tarragona finalizó con dos detenidos y cuatro agentes de baja.
Uno de los jóvenes se dirigió a los agentes para recriminar su presencia
Las llamadas de aviso llegaron a partir de la una de la madrugada, asegurando que había nueve turistas franceses desnudos que estaban alterando la normalidad de la zona. Además, los testigos aseguraron que estaban consumiendo sustancias estupefacientes y tenían un perro sin correa. Por si no fuera suficiente, algunos de los vecinos que presenciaron la escena aseguraron que algunos de los jóvenes mantenían relaciones sexuales en la arena, generando una escena totalmente indignante para los vecinos.
A consecuencia de las múltiples llamadas, cuatro dotaciones de la Guardia Urbana de Tarragona se desplazaron hasta la playa en cuestión. Al llegar, un matrimonio que había por la zona aseguró que el perro casi muerde a su niño y uno de los jóvenes se acercó a los agentes para recriminar su presencia. Este mismo turista se habría enfrentado contra los efectivos del cuerpo policial y se negó a identificarse.
Finalmente, la situación se descontroló cuando este mismo joven de 30 años agarró de la mano a uno de los agentes y le dio un golpe en la cabeza. Inmediatamente los otros agentes lo detuvieron y al llegar otro compañero suyo para evitar el arresto, también acabó bajo custodia policial. Por desgracia, uno de los agentes acabó con un dedo roto y la noche finalizó con cuatro efectivos de baja en lo que fue una de las noches más surrealistas del verano en Tarragona.
