Vilafranca del Penedès no tendrá que aplicar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) a partir de enero de 2026. La Generalitat ha confirmado que el municipio cumple sobradamente los estándares europeos de calidad del aire, tras analizar los datos registrados durante los últimos cinco años. Esto sitúa a Vilafranca fuera de la obligatoriedad que sí recae sobre otras localidades con más de 20.000 habitantes.
El Informe de la calidad del aire en Cataluña 2024, elaborado por la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental, certifica que ningún indicador del municipio supera los valores límite de contaminantes como el dióxido de nitrógeno, las partículas en suspensión o el ozono. Según la normativa —tanto la Ley estatal 7/2021 como el decreto catalán 132/2024 del Plan de Calidad del Aire horizonte 2027— solo deben implantar ZBE los municipios que hayan vulnerado estos límites al menos un año en el último quinquenio. Vilafranca no se encuentra en este caso.
Una mejora vinculada a cambios en la movilidad
El alcalde, FranCisco Romero, ha celebrado la evaluación favorable y ha relacionado los buenos resultados con las actuaciones municipales para reducir el tráfico motorizado. Ha destacado intervenciones como la transformación del entorno de la plaza del Carme y Anselm Clavé, los cambios de circulación en las calles General Cortijo y Cal Bolet, o el despliegue del Plan de Movilidad Urbana.
Según Romero, todas estas medidas “han contribuido de manera clara a mejorar la calidad del aire”, aunque ha asegurado que el consistorio continuará impulsando iniciativas para avanzar hacia una movilidad más saludable y un espacio público más amable.
Un caso singular en Cataluña
Actualmente, 39 municipios de entre 20.000 y 50.000 habitantes están obligados a implantar una ZBE por haber superado algún de los valores límite contaminantes. Vilafranca, en cambio, ha quedado exenta gracias a su situación ambiental. En el caso de las ciudades de más de 50.000 habitantes, la obligación es universal, independientemente de los niveles de contaminación.
Vilafranca se convierte así en uno de los pocos municipios medianos del país que podrá continuar sin restricciones de circulación vinculadas a la ZBE, mientras mantenga los buenos resultados de calidad del aire.