El Mercado del Cava y la Tapa abría un año más sus puertas cumpliendo su decimoquinta edición en el núcleo de Sant Pere de Ribes. Con la participación de más de 25 empresas, restauradores y artesanos, las calles de Roger de Flor y Graellers eran un reclamo para los vecinos de Les Roquetes durante este fin de semana. Por 5º año consecutivo también se sumaba dentro del marco de la celebración, la Jornada de Cooperación y Solidaridad, que este año ponía el foco en las migraciones y los derechos humanos.
Gran participación local
El evento tiene como objetivo potenciar la oferta agroalimentaria y de restauración de proximidad con la presencia de restauradores y productores agroalimentarios del territorio: productores de embutidos, quesos, tapas, vino, cavas, cerveza artesana, restauradores locales... La calle Roger de Flor se ha convertido en una gran terraza al aire libre donde disfrutar de un amplio programa de actividades y música para sentarse con la familia y los amigos. Como siempre, uno de los puntos fuertes de la feria es la degustación de las propuestas gastronómicas en un ambiente festivo.
Con unos cálculos estimados que rondan los 9.000 visitantes en cada edición, el público ha podido disfrutar desde la gastronomía local con embutidos, quesos, pizzas, empanadas, maridajes de vinos y cavas de la zona. Los puestos del Mercado Municipal de La Sínia también han salido a la calle. Los juegos y talleres tradicionales para todos los públicos, venta de ropa para ir a la moda, manualidades, cuentacuentos, taller de títeres, shows de magia, juegos infantiles, animación y la colaboración especial de la artista Brigitte Lamoure son otras actividades imprescindibles. El escenario principal ha acogido música con numerosos grupos locales.
Uso responsable de los asistentes
Todos los asistentes también han podido participar de varios sorteos y muchos descuentos. Para la degustación gastronómica se potenció la adquisición de la copa de vidrio y otros utensilios reciclados (platos, vasos, cubiertos) en la carpa de información. También se podía adquirir por 1 € la placa de cava conmemorativa, una imagen antigua de la pl. Sant Jordi. El público podía guardar un recuerdo haciéndose una foto en el Photocall y participar en el premio de Instagram a la fotografía con más “likes”.
Uno de los objetivos de esta nueva edición era reducir el uso de papel mediante códigos QR para descargar el programa, difusión en las redes, banderolas y roll-ups reciclables en un 90%. También había contenedores de recogida selectiva. El programa también estaba disponible en formato accesible para invidentes. Como novedad, se ha ubicado un Espacio de calma para aquellas personas que lo necesitaran.