El hombre de 78 años que este miércoles por la tarde mató a tiros a su yerno en la calle Doctora Castells de Lleida y después se entregó a los Mossos d'Esquadra está previsto que pase a partir de este viernes a disposición judicial, según han informado a la ACN fuentes cercanas al caso. La policía catalana continúa recogiendo pruebas y testimonios del crimen, que todo apunta a que se habría desencadenado por desavenencias familiares. La víctima, de 47 años, era un mosso d'esquadra que estaba destinado en la comisaría de Mollerussa, en el ABP Pla d'Urgell - Garrigues, y precisamente este jueves a las 12.00 horas sus compañeros guardarán un minuto de silencio en su recuerdo. Las banderas de la comisaría de la capital del Pla d'Urgell ondean a media asta.
El crimen se produjo alrededor de las 15.20 horas cuando el agresor disparó varios tiros a su yerno en medio de la calle. Los vecinos de la zona explicaron que oyeron al menos cuatro o cinco detonaciones, que la víctima cayó al suelo y que el agresor le habría disparado nuevamente.
Acto seguido, el suegro guardó la pistola dentro de una bolsa de supermercado, cubrió el cuerpo con una tela blanca, llamó al 112 para informar de los hechos y se quedó a su lado hasta la llegada de los mossos. El hombre confesó a los agentes la autoría del crimen, por lo cual fue detenido.
Fuentes cercanas al caso han explicado a la ACN que la motivación del crimen habrían sido unas desavenencias familiares. Al parecer, el hombre no tenía relación con su hija ni con su yerno, y se quejaba de que no le dejaban ver a sus dos nietas.
El mosso vivía en el barrio de Cappont, a pocos metros de donde fue asesinado. Sumaba 21 años de servicio en la policía catalana y, entre otros, había trabajado en la comisaría de Lleida. Su muerte ha causado una gran conmoción en el cuerpo policial.
Por otro lado, una de las entidades deportivas de la ciudad a la que estaba vinculada la víctima --con quien solía entrenar y salir a correr-- ha convocado una salida en su recuerdo para el sábado por la mañana.