El hombre acusado de haber abusado sexualmente de una niña de 12 años, amiga de sus hijas, en Vielha en el año 2019 ha negado los hechos, pero sus propias hijas han explicado en el juicio que ellas mismas han denunciado a su padre por hechos similares.
La Audiencia de Lleida ha juzgado este miércoles, 24 de septiembre, el caso del hombre acusado de abusar sexualmente de una niña de 12 años que era amiga de sus dos hijas. La Fiscalía pide 6 años de prisión por un delito de abuso sexual a menor de 16 años que se habría producido en junio de 2019 en la sala de bolos que regentaba y, después, en su casa.
El acusado ha negado los hechos y la defensa ha pedido la absolución. Sus propias hijas, sin embargo, han explicado que aunque no vieron los presuntos tocamientos, dan credibilidad a la versión de su amiga porque ellas mismas sufrieron situaciones similares que acabaron denunciando unos años después. La víctima, que ahora vive en Colombia, no ha acudido a declarar por indicación de su psicóloga.
Durante la instrucción del caso, la joven explicó que el hombre le hizo tocamientos en dos ocasiones. Primero, en la sala de bolos que regentaba el acusado, donde el hombre le habría tocado el culo por debajo de las calzas. Más tarde, en casa de él, el hombre habría vuelto a abusar de ella, introduciendo su mano por debajo de las sábanas y haciéndole tocamientos en los genitales. La chica se despertó y expresó su intención de marcharse, y la hija mayor del acusado la acompañó a casa.
El lunes siguiente, la víctima explicó los hechos en el instituto. La jefa de estudios ha declarado en el juicio que la niña le explicó la situación "de abuso" con claros signos "de angustia" y "de estrés". Ella alertó a la familia de la menor, que lo denunciaron todo ante los Mossos d'Esquadra. Durante el juicio, la madre de la niña ha explicado que las dos familias tenían una buena relación y se reunían a menudo, motivo por el cual duda que la pequeña pudiera "inventarse una cosa así". Desde entonces, además, la pequeña ha estado bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico e incluso "se ha intentado suicidar".
El acusado ha negado los hechos y ha explicado que le sorprendió la denuncia por la buena relación de la niña con la hija pequeña del hombre, ya que "era habitual que viniera a mi casa". Él ha explicado que estaba trabajando en el local de bolos mientras las dos niñas cenaban, y después salió de fiesta con su pareja, momento en que se habrían dado cuenta de que les habían robado dentro del coche. Ante esto, según explica el hombre, volvieron a casa para intentar localizar el móvil robado a través del ordenador, motivo por el cual habría entrado en la habitación donde dormían las dos niñas. Con todo, ha negado los tocamientos.
Las dos hijas del acusado han denunciado hechos similares
La versión de las dos hijas del hombre será vital en la resolución del juicio. Ambas han indicado que ya no tienen ninguna relación con su padre después de haberlo denunciado por agresiones sexuales en los últimos años.
Sobre los hechos juzgados este miércoles, las dos chicas admiten que no vieron los tocamientos, pero ven posible que se produjeran sin que ellas se dieran cuenta. Según la hija mayor, "el padre iba pasado de copas" y después de consultar el ordenador, la víctima estaba con ansiedad y "en estado de shock". Al preguntarle qué le pasaba, la chica explicó "que no sabía bien qué era", pero que quería marcharse a casa, y la hija mayor se ofreció a acompañarla.
El psicólogo que entrevistó a la menor ha explicado que su relato "es creíble" y que los hechos le han provocado una afectación emocional importante. Ante esto, la Fiscalía considera acreditados los abusos sexuales continuados y pide una pena de 6 años de prisión, 6 años de libertad vigilada y una indemnización de 7.000 euros a pagar a la víctima. La defensa, por contra, pide la absolución del procesado, que tuvo que mudarse a Barcelona después de que el caso viera la luz y se convirtiera en el tema de conversación en la Vall d'Aran. El juicio ha quedado visto para sentencia.