Durante los últimos días, la Costa Brava ha sufrido un episodio intenso de levante que ha causado importantes alteraciones en diversos tramos del litoral. El temporal, que comenzó coincidiendo con el periodo navideño y alcanzó su punto álgido entre San Esteban y el sábado, ha dejado una notable presencia de arena y cantos rodados en los paseos marítimos, así como restos vegetales dispersados por doquier.
De norte a sur, municipios como Sant Antoni de Calonge han registrado una acumulación significativa de arena en el paseo marítimo, situación que ya se ha empezado a revertir con tareas de limpieza por parte de los servicios municipales. En Platja d’Aro, concretamente en el tramo sur del paseo, tres máquinas trabajaban este lunes para retirar la gran cantidad de arena depositada por el mar durante el temporal de levante.
Según declaraciones de Imma Gelabert, alcaldesa accidental del municipio, "Las olas eran muy fuertes y nos han traído mucha arena a todo el paseo marítimo, sobre todo al tramo sur, pero hoy ya se trabaja para volver a ponerlo en condiciones del todo". "Afortunadamente, la estructura del paseo no se ha visto afectada", ha puesto de relieve Gelabert.
Afecciones menores en infraestructuras y medio natural
En diversas localidades del Baix Empordà se han producido incidencias menores: en Palafrugell, por ejemplo, han caído algunos árboles y una valla en Llafranc; mientras que la playa de Tamariu presenta un importante volumen de suciedad vegetal. En Sant Feliu de Guíxols, el temporal ha provocado pequeños desperfectos como el desarraigo de un árbol, daños leves en un farol público y algunas escorrentías puntuales que también afectaron el suministro eléctrico.
El episodio meteorológico ha impactado especialmente en l'Escala, donde las seis playas municipales se han quedado completamente despojadas de arena. Además, la acción del mar ha vuelto a poner al descubierto vestigios arqueológicos datados en el siglo IV antes de Cristo —excavados inicialmente en los años 2018 y 2019—, así como estructuras modernas como espigones construidos durante las décadas de los setenta y ochenta.
En Portbou, donde se ha registrado una gran concentración de residuos vegetales arrastrados por el mar hasta la playa, las olas causaron la caída de una viga y dañaron parcialmente el techo de una barraca tradicional de pescadores situada cerca del litoral. El Ayuntamiento está actualmente revisando la estabilidad estructural para determinar posibles intervenciones posteriores. Como anécdota destacable, agentes rurales retiraron una tortuga mordedora arrastrada por el embate marítimo hasta esta zona.
Además, en el Port de la Selva, se registró un deterioro parcial en una plataforma metálica situada sobre el espigón local. En Roses, el paseo marítimo se cerró preventivamente durante los momentos más críticos del temporal, pero ya está abierto nuevamente al público tras los trabajos necesarios para garantizar la seguridad ciudadana.
