El investigador del Grupo de Investigación en Arquitectura y Territorio y profesor del grado de Arquitectura de la Universitat de Girona (UdG), Carlos Gonzalvo, ha publicado recientemente Restos nucleares, un trabajo que aborda, desde una perspectiva arquitectónica, tanto el pasado como el futuro de las primeras plantas nucleares edificadas en España durante las décadas de los sesenta y setenta. Esta publicación pone en valor la estética y la importancia patrimonial de estas infraestructuras, incorporando una serie fotográfica del reconocido fotógrafo Manolo Laguillo, que documenta visualmente el proceso lento pero imparable de desaparición de estos espacios.
Un patrimonio a menudo olvidado dentro del debate energético
Hasta ahora, la arquitectura asociada a las primeras centrales nucleares españolas había quedado eclipsada por el discurso predominante centrado en cuestiones energéticas y tecnológicas. En cambio, Carlos Gonzalvo, con este libro, reivindica esta parte poco explorada dentro de la historia contemporánea nacional. Tal como destaca el autor, “la obra recupera este capítulo poco explorado de la historia reciente”, situándolo en un marco cultural amplio y resaltando la contribución de arquitectos destacados como Antonio Bonet Castellana, quien fue responsable del diseño de Vandellòs I, ubicada en Tarragona. El estudio revela que detrás de una fachada aparentemente hermética se esconde una dimensión formal y estética que ha pasado casi inadvertida durante décadas.
De los inicios al desmantelamiento: un recorrido exhaustivo
Restos nucleares no solo examina los orígenes ni la construcción de estas instalaciones, sino también su desenlace. Desde hace más de una década, estas primeras plantas —que forman parte de un conjunto global superior a 400 centrales— están inmersas en procesos prolongados de clausura y desmantelamiento que pueden alargarse hasta cuarenta años. Estos procedimientos implican no solo eliminar físicamente estas estructuras, sino también afrontar la pérdida gradual de un patrimonio industrial único, así como de un imaginario tecnológico emblemático del siglo XX.
La fotografía como testigo del tiempo
Esta transformación es capturada gráficamente por la serie titulada Centrales nucleares, obra del catedrático y miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Manolo Laguillo. Desde 2019, Laguillo ha realizado retratos detallados sobre el estado actual —y evolutivo— de estas instalaciones industriales. Como señala el fotógrafo, “el desmantelamiento no es un punto final sino un espacio de oportunidad para repensar estos lugares”, ofreciendo una nueva perspectiva sobre estos enclaves.
Aproximación crítica para preservar un legado arquitectónico singular
El autor propone con una mirada reflexiva y transversal establecer una narrativa renovada para unas arquitecturas que parecen destinadas al olvido. Pasados casi sesenta años desde sus inicios constructivos, se revisitan sus orígenes mientras se analiza el impacto paisajístico generado así como su progresivo proceso de desaparición. Así pues, Gonzalvo defiende “la necesidad de conservar al menos en la memoria colectiva” este patrimonio industrial excepcional.
Pistas abiertas para el futuro: ¿reutilización o desaparición?
Restos nucleares, combinando texto con imágenes potentes, plantea cuestiones incipientes pero relevantes: “¿es posible imaginar nuevos usos para las estructuras de una central nuclear?”; “¿qué valor cultural, social o ambiental podría tener transformarlas en lugares alternativos?”. Este debate invita a reflexionar sobre alternativas viables antes de que estas piezas clave desaparezcan definitivamente. La propuesta apuesta por proyectar futuros aún abiertos para este patrimonio industrial y arquitectónico difícilmente replicable.
