Cuatro radares de Girona se han convertido en una pesadilla para los vecinos: 13.276 multas en tres meses

Dos de los radares fijos de 30 km/h concentran más del 90% de todas las sanciones

20 de noviembre de 2025 a las 09:26h

Los cuatro radares fijos que Girona puso en marcha en verano han detectado 13.276 infracciones en tan solo tres meses de funcionamiento. El que se lleva la palma es el situado frente al colegio Maristas, en la avenida Josep Tarradellas i Joan: él solo suma 6.504 sanciones, prácticamente la mitad del total.

En este tramo el límite es de 30 km/h, pero muchos vehículos pasan claramente por encima. El concejal de Movilidad, Isaac Sànchez, admite que la cifra “impacta”, pero insiste en que “no hay afán recaudatorio” y que los aparatos se han instalado allí donde se había comprobado que se circulaba demasiado rápido, a menudo tras quejas vecinales o de accidentes previos.

¿Dónde están los radares y cuántas multas ponen?

Los cinemómetros se activaron el 13 de agosto y están repartidos en cuatro puntos:

  • Avenida Josep Tarradellas i Joan (Maristes) – límite 30 km/h

  • Calle de Pedret (n.º 146) – límite 30 km/h

  • Calle del Riu Güell (zona tampón del Güell) – límite 40 km/h

  • Carretera Barcelona, pasado la calle de la Creu – límite 40 km/h

Reparto de denuncias entre el 13 de agosto y el 17 de noviembre:

  • Radar Maristes: 6.504 multas

  • Radar Pedret: 5.470 multas

  • Radar carretera Barcelona: 702 multas

  • Radar Riu Güell: 600 multas

Es decir, dos radares de 30 km/h concentran más del 90% de todas las sanciones: 11.974 de las 13.276.

Sànchez atribuye el fuerte impacto del radar de los Maristas a que se encuentra en medio de un tramo donde, justo antes y justo después (puente de Fontajau y parte alta de la bisagra del Güell), el límite es de 40 km/h, lo que hace que muchos conductores no adapten lo suficiente la velocidad al entrar en la zona escolar.

Pedret, bajo la lupa: posible subida a 40 km/h

El radar de Pedret es el segundo más activo, con el 41% de todas las multas. Está ubicado en la curva de entrada al barrio, un punto donde los vecinos habían denunciado reiteradamente ruido y exceso de velocidad.

Aquí, el Ayuntamiento se plantea subir el límite de 30 a 40 km/h. El concejal recuerda que los límites actuales se fijaron en 2021, pero admite que en este tramo concreto hay margen para revisarlos, sobre todo ahora que el radar ha conseguido reducir los casos más extremos. Además, todo el tramo previo desde el puente de l’Aurora ya es de 40 km/h, lo que da coherencia a un posible cambio.

En el resto de puntos, sin embargo, el gobierno municipal no prevé ninguna modificación de velocidad.

Multas de entre 100 y 600 euros y retirada de puntos

Las sanciones por exceso de velocidad que registran estos radares se consideran graves o muy graves, según los kilómetros por hora de más. El importe económico oscila entre los 100 y los 600 euros, y en los casos más severos pueden comportar la pérdida de hasta seis puntos del carnet.

El Ayuntamiento recuerda, sin embargo, que todas las denuncias se pueden pagar por el procedimiento abreviado, con un descuento del 50% si se abonan dentro de los 20 días naturales desde la notificación.

Las multas bajan con el tiempo

A pesar de las cifras altas, el consistorio destaca que desde el estreno de los radares se observa una tendencia a la baja en el número de sanciones:

  • Segunda quincena de agosto: 4.682 multas

  • Septiembre: 2.557 multas (con paradas técnicas en el radar de los Maristas)

  • Octubre: 3.537 multas

  • Del 1 al 17 de noviembre: 2.500 multas

Para Sànchez, esto demuestra que los radares “hacen el efecto esperado” y contribuyen a reducir la velocidad en puntos sensibles de la ciudad, especialmente cerca de centros escolares.

Sin nuevos radares, por ahora

A pesar de que el Ayuntamiento ha recibido peticiones de vecinos de otros barrios para instalar cinemómetros fijos, no hay planes inmediatos para ampliar la red. Movilidad quiere consolidar primero el funcionamiento de los cuatro radares actuales y continuar analizando su impacto sobre la seguridad vial y la siniestralidad.

Mientras tanto, los conductores que entran o salen de Girona por estos accesos ya saben que, aparte de las señales, los observa un ojo electrónico que no perdona ni un kilómetro por hora de más.