Los Agentes Rurales de las comarcas gerundenses abren la puerta a que se fijen cuotas de acceso a los diferentes espacios naturales de la demarcación. El motivo es la masificación que sufren en momentos concretos del año, como las vacaciones de verano o de Semana Santa. El jefe de los Agentes Rurales en Girona, Jaume Bosch, recuerda que los espacios naturales no pueden absorber un número ilimitado de visitantes y destaca que en algunas zonas, los ayuntamientos han empezado a restringir el aforo de los aparcamientos, para asegurar que no hay sobreocupación. Bosch, además, pide que haya una regulación en relación con las bicicletas de montaña que se han multiplicado en zonas como el macizo de las Gavarres y que "cuesta compatibilizar" con los espacios naturales.
La Fageda d'en Jordà, las pozas de las Planes d'Hostoles y Sadernes (Garrotxa) o los macizos de las Gavarres y Cadiretes (Baix Empordà) o el de la Albera (Alt Empordà) son espacios naturales de las comarcas gerundenses "masificados" en muchas épocas del año. Una situación que ha llevado al cuerpo de Agentes Rurales a valorar la posibilidad de establecer cuotas de acceso a los visitantes y evitar así que estas zonas "tengan que absorber un límite ilimitado de visitantes". De hecho, la sobreocupación "preocupa" a los Agentes Rurales de la demarcación que refuerzan la vigilancia durante períodos concretos como la Semana Santa o la época estival.
En este sentido, el jefe del cuerpo en Girona, Jaume Bosch, recuerda que ya hay espacios naturales donde se intenta limitar por parte de los ayuntamientos el aforo de los aparcamientos, como la Fageda d'en Jordà, las pozas de las Planes d'Hostoles o la zona de Sadernes, donde se debe reservar con antelación la posibilidad de estacionar y, una vez está lleno, no se permite que entren más vehículos.
De esta manera ya no se ven imágenes con filas de coches aparcados en los bordes de las carreteras que llevan a estos espacios y que generaban "un dolor de cabeza" tanto por la presión turística en el lugar, como desde un punto de vista de seguridad del tráfico. Bosch, sin embargo, cree que sería bueno fijar unas cuotas máximas, porque considera que la masificación "genera un impacto negativo en el medio y, por lo tanto, hay que ponerle remedio".
Un incremento de visitantes que se ha "acelerado notablemente" desde la Covid y que ha hecho que muchas personas que antes no iban al medio natural, ahora sí que lo hacen. "Especialmente, se nota en Girona que tenemos montañas en el Pirineo, una fachada litoral muy atractiva, playas y zonas de baño interior. Hemos visto una masificación de todos estos espacios naturales", remarca el jefe de los Agentes Rurales.
Regulación con las bicicletas de montaña y las barcas
Otra de las demandas de Bosch es que haya una regulación de la actividad de la bicicleta de montaña, a raíz del incremento de usuarios "evidente" que ha habido en los últimos años. Desde los Agentes Rurales señalan que el acceso motorizado sí que está regulado, pero no el de la bici todo terreno.
De hecho, los propietarios forestales también se han quejado amargamente por la apertura "continua" de senderos por parte de amantes de la bicicleta en espacios como los macizos bajo-ampurdaneses de Cadiretes y las Gavarres. Por ello, Bosch reclama una normativa, ya que, actualmente, "cuesta compatibilizar" con el resto de usuarios del país.
El jefe de los Rurales en las comarcas gerundenses señala la presencia de barcas en las calas de la Costa Brava como otro de los problemas a los que hay que poner remedio, especialmente en los meses de julio y agosto que es cuando más se concentran. De hecho, ya se han dado varios casos este verano en que los propietarios de las embarcaciones han retirado las boyas que limitan el paso, para acercarse a la zona de playa.
"Actualmente, disponemos de cartografía de las praderas de posidonia y se puede fijar dónde limitar el espacio y lo tenemos que hacer. Pasa en tierra con las bicicletas y en el mar con las barcas, al final es saber cuál es la carga máxima para aquel espacio", concluye Bosch.