La empresa internacional de paquetería y mensajería GLS ha dado un paso decisivo para reforzar su presencia en el sur de Europa: destinará unos 58 millones de euros a la construcción de un nuevo centro logístico de última generación en los antiguos terrenos de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. Un movimiento estratégico que la compañía define como "un hito singular" y que confirma la transformación acelerada del sector a raíz del auge del comercio electrónico.
Este nuevo espacio, bautizado como Barcelona Sud, ocupará una superficie de 20.298 metros cuadrados y se distribuirá en tres plantas: una planta baja de 7.074 m², una primera planta de 5.587 m² y una entreplanta de 528 m², además de 1.665 metros cuadrados de oficinas destinadas a la gestión y coordinación operativa. La previsión es que las obras estén terminadas durante 2026, convirtiéndose en una de las infraestructuras logísticas más avanzadas del Estado
Según fuentes de la compañía, el nuevo complejo permitirá centralizar una parte esencial de la distribución de la última milla —es decir, el tramo final de entrega al cliente— y también una gran parte de las salidas hacia la red de colaboradores y agencias del grupo. Desde este punto, GLS dará servicio a toda la península Ibérica, estableciendo “bypass directos” con otras plataformas logísticas del Estado y reforzando así la agilidad en la gestión de paquetería.
Este centro se sumará al que GLS ya opera en Santa Perpètua de Mogoda, y convertirá Barcelona en una auténtica puerta de entrada y salida a Europa para la mercancía de importación y exportación del conjunto de Iberia. Su ubicación en la Zona Franca, muy próxima al puerto, el aeropuerto y las principales vías terrestres, es uno de los atractivos clave para esta operación.
La multinacional, con sede en los Países Bajos, asegura que analizó “diferentes opciones” antes de decantarse por este proyecto, que incluye un modelo de instalación multinivel. Se trata del primer centro con esta configuración que GLS construye en Europa, y que considera una solución “pionera, innovadora y sostenible” para aprovechar al máximo el suelo disponible y mejorar la eficiencia operativa.
Con esta inversión, la Zona Franca continúa ganando fuerza como polo logístico de referencia, mientras que Barcelona consolida su posición como uno de los grandes nodos de distribución del sur del continente.