Esta semana se ha puesto en marcha el dispositivo especial de recogida de hojas, un servicio que se alargará hasta finales de marzo y que tiene un doble objetivo: mantener la ciudad limpia y segura, y a la vez dar un uso sostenible a las hojas recogidas. Los esfuerzos se focalizarán en las calles con mayor caída de hoja.
El servicio, formado por un equipo mixto de barrido, actúa principalmente en las calles con más arbolado y adapta su frecuencia según las condiciones meteorológicas y las necesidades de cada barrio. En total, se llevarán a cabo unas 60 jornadas de trabajo a lo largo de la temporada.
Asimismo, los servicios técnicos municipales evaluarán cuál es la zona de la ciudad donde es más necesario este servicio especial de recogida de hojas intentando que se haga de forma rotativa por todos los barrios y estableciendo una frecuencia media de tres jornadas a la semana.
El objetivo de la campaña, que se alargará hasta la primavera, es evitar resbalones si las hojas están mojadas y que los sumideros no se atasquen en caso de lluvias. Un año más, también se pone especial incidencia en recoger las hojas tan limpias como sea posible para poder gestionarlas como residuos orgánicos.
Cada temporada, se recogen unos 65.000 kilogramos de hojas que posteriormente se gestionan para su aprovechamiento a través del centenar de compostadores de hojas que hay repartidos por la ciudad. El compost resultante se utilizará como abono orgánico de calidad en los parques y jardines de Mollet del Vallès.
La caída de la hoja está determinada por diferentes factores como la especie del árbol (algunos tienen una caída rápida y otros tienen una caída gradual de la hoja), la temperatura, la hidratación del árbol por el régimen de lluvias y el viento, entre otros.
