Los Mossos d'Esquadra han desmantelado una estructura criminal que controlaba en Barcelona el mercado ilícito de teléfonos móviles sustraídos, intentaban estafar a las víctimas y enviaban los aparatos al extranjero, principalmente a China y Marruecos. Se trata del golpe policial más importante a redes que controlan el mercado ilícito de reventa de móviles sustraídos, según ha apuntado el inspector Lisard Hidalgo. La estructura desmantelada incluye diferentes grupos, los que compraban los teléfonos sustraídos y se dedicaban a la receptación, los que cometían estafas a las víctimas de robos y los que propiciaban el software malicioso para perpetrar las estafas.
En el marco de la operación, que se enmarca en el plan Kanpai, los Mossos han detenido a 20 personas, de las cuales se ha decretado el ingreso en prisión preventiva de cuatro, y han recuperado más de 1.000 móviles, con un valor estimado de 400.000 euros en el mercado ilícito. Por ahora, el cuerpo policial tiene constancia de 25.000 euros estafados a las víctimas.