Las familias de la escuela catalana cerrada por maltratos: "Esto viene de muy lejos"

Una educadora que se había marchado del centro alertó a las familias sobre las conductas de una compañera

08 de noviembre de 2025 a las 17:23h
Actualizado: 08 de noviembre de 2025 a las 17:23h

Tensión e indignación en Palau-solità i Plegamans (Vallès Occidental). Este sábado, decenas de familias de la guardería municipal Moixaina se han manifestado por las calles del municipio para exigir que la justicia actúe a raíz del caso de una educadora acusada de maltratar a varios niños del centro. También reclaman responsabilidades a la dirección del centro, a quien señalan por haber mantenido silencio a pesar de conocer presuntamente los hechos.

Con pancartas donde se podía leer “Los bebés no hablan, pero nosotros sí” o “Infancia sin miedo, los gritos no educan”, las familias han hecho un recorrido de una hora por el centro de la villa hasta las puertas de la escuela, actualmente cerrada desde hace más de una semana.

 

“Los hechos se remontan a años atrás”

En declaraciones a la ACN, Sofía, madre de una de las alumnas, ha explicado que el caso estalló hace dos semanas, cuando una educadora que se había marchado del centro alertó a las familias de las conductas de su compañera. “A partir de aquí empezaron a salir testimonios de hechos cada vez más graves”, explica.

Según la portavoz, diversas familias de exalumnos han contactado asegurando que sacaron a sus hijos por comportamientos extraños de la misma educadora, despedida recientemente. “Estamos viendo que esto viene de muy lejos”, lamenta Sofía.

Las denuncias presentadas van tanto contra la educadora presuntamente agresora como contra la dirección del centro, que, según afirman las familias, habría hecho caso omiso de las advertencias. “Se ha actuado tarde y solo se ha tomado una decisión cuando el caso ha salido en los medios”, critica.

 

Reclaman reformas legales y medidas de prevención

Las familias exigen que la justicia actúe con celeridad y piden que se prohíba ejercer a personas con denuncias fundamentadas hasta que se aclaren los hechos. También solicitan que se coloquen cámaras de seguridad en las aulas para detectar de manera inmediata cualquier comportamiento irregular.

“Queremos que cuando haya testimonios sólidos la justicia actúe antes, que se cierre el centro si es necesario y que no se deje trabajar a personas sospechosas de maltrato”, ha afirmado Sofía.

De momento, las familias continúan con los niños en casa, a la espera de que el Ayuntamiento cumpla el compromiso de reubicarlos en otras guarderías municipales. Aunque el consistorio ha garantizado una solución, todavía no se les ha comunicado ningún destino concreto.