La exposición '1939-1975, Viladecans bajo el franquismo' reflexionará sobre la represión durante la dictadura

La exposición se podrá visitar hasta el 1 de abril de 2026 y contará con dos actos previos abiertos a la ciudadanía

11 de noviembre de 2025 a las 17:06h

Ca n’Amat – Museo de Viladecans estrenará, el 19 de noviembre, la exposición “1939-1975, Viladecans bajo el franquismo”, coproducida con el Archivo Municipal y en colaboración con la Biblioteca de Viladecans. La muestra, que se podrá visitar hasta el 1 de abril de 2026, propone una mirada local sobre la vida y la represión en el municipio durante la dictadura franquista. La exposición sigue el programa de actos de difusión histórica que comenzaron en los Capvespres de Ca n’Amat, con motivo del 50 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco.

Como previa a la inauguración se han programado dos actos de reflexión y debate abiertos a la ciudadanía. El viernes 7 de noviembre a las 19 horas, en la sala de actos de la Biblioteca de Viladecans, se celebró la mesa redonda: “Literatura y franquismo”, organizada por la Biblioteca y moderada por el periodista de TV3 Jordi Lara y con la participación de los escritores Joan-Lluís Lluís, Tania Juste, Josep Pimentel y Pilar Romera. El próximo acto tendrá lugar el viernes 14 de noviembre a las 18.30 horas, en la sala polivalente de Ca n’Amat – Museu de Viladecans. Consistirá en una charla de Carlota Falgueras y César Lorenzo “Trinitat. La presó de dones ignorada (1963-1983)”, organizada por el Archivo Municipal y el Museu de Viladecans.

Hasta su clausura, en abril de 2026, se desarrollarán diversas actuaciones que complementarán la exposición. A finales de enero habrá dos charlas sobre los consejos de guerra sumarísimos impuestos a los ciudadanos de Viladecans y sobre la exhumación de fosas y el trabajo arqueológico vinculado.

Represión, detenciones y exilio

El archivero municipal e historiador Xavier Calderé afirma que la historia de Viladecans durante el franquismo refleja las heridas que la Guerra de España y la dictadura dejaron en todo el país. El 24 de enero de 1939, las tropas franquistas ocuparon el pueblo, iniciando una etapa marcada por el autoritarismo, la represión y el control ideológico. Calderé quiere recordar que, desde la sombra, se redactaban informes politicosociales que decidían el futuro de los ciudadanos: prisión, campos de concentración, batallones de trabajo o juicios sumarísimos. La represión golpeó especialmente a aquellos vinculados a partidos republicanos, catalanistas, de izquierdas o anarcosindicalistas. Muchos fueron encarcelados, condenados, asesinados o forzados al exilio; algunos, sufriendo también los campos nazis. Los soldados republicanos fueron destinados a batallones disciplinarios, y los de leva, depurados por su perfil ideológico. El personal público –maestros, médicos, funcionarios– también fue depurado.

El también historiador y jefe municipal de Patrimonio Cultural Manuel Luengo ha cuantificado en 85 el número de vecinos y vecinas de Viladecans que fueron detenidos, trasladados inicialmente a la prisión militar de Sant Feliu de Llobregat, y posteriormente a la Modelo de Barcelona, o que procedían de otros establecimientos penitenciarios de toda España y a los cuales la Auditoría de Guerra de la 4ª Región Militar de Cataluña, emplazada en Barcelona, entre los años 1939 y 1942, pidió informes políticosociales y/o incoó procedimientos sumarísimos (Consejos de Guerra) acabando en la mayoría de los casos cumpliendo condena en la prisión Modelo de Barcelona.

Manuel Luengo añade, en la revista Viladecans Punt de Trobada, que “a esta actividad frenética de los tribunales militares habría que añadir las 69 personas que pasaron por los campos de concentración de prisioneros de guerra y batallones de trabajadores, entre 1939 y 1942, así como más de un centenar de hombres que fueron depurados en las quintas militares comprendidas entre los 18 y 45 años, muchos de ellos obligados a hacer nuevamente el servicio militar, aparte de las depuraciones de profesionales de la educación, de la administración o de la sanidad, de entre otras actividades profesionales”.

Luengo ha estudiado también los casos de 28 vecinos del municipio que, algunos de ellos con sus familias, tuvieron que exiliarse a Francia —y muchos de los cuales no regresaron—, donde pasaron por los campos de concentración franceses. Dos de ellos, los hermanos Vicenç y Josep Ballester Gómez, fueron internados en el campo nazi de Mauthausen. El último murió en el castillo de exterminio nazi de Hartheim (Alkoven, Austria) en octubre de 1942 y su hermano Vicenç fue liberado de Mauthausen por las tropas americanas en mayo de 1945.

“Todas estas cifras no son nada despreciables –afirma Luengo– para un pueblo que en 1936 tenía 3.746 habitantes y donde durante la revolución y la guerra no murió nadie como consecuencia de la violencia de los incontrolados y donde los seis muertos atribuidos a la violencia revolucionaria se produjeron fuera del término municipal”.

Después de la Guerra, el franquismo

Después de la Guerra vino el franquismo. Xavier Calderé recuerda que la Falange, como partido único, dominó las instituciones locales con alcaldes como Nicasi Marieges i Mas, Lluís Moré del Castillo y Joan Miernau i Domènech. Pero, a pesar de la falta de libertad, Viladecans mostró una gran resiliencia. Poco a poco surgieron entidades sociales, culturales y deportivas que confrontaban la política del régimen. Durante los años sesenta y setenta, los trabajadores impulsaron protestas en las fábricas y movimientos sindicales clandestinos. Las entidades vecinales, ya a inicios de los setenta, defendieron los derechos civiles y el acceso a servicios básicos, abriendo camino hacia la democracia.

Esta exposición quiere rendir homenaje a todas las personas que vivieron, resistieron y sufrieron el franquismo. A través de documentos, testimonios y objetos se invita a reflexionar sobre la importancia de la memoria para construir una sociedad más justa y democrática.

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