Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una trama de receptación de teléfonos móviles de alta gama. Hay cuatro personas detenidas –Madrid (3) y Fuengirola (1)- y 17 investigadas en Girona, Madrid, Alicante, Málaga, Sevilla, Almería, Granada, Jaén y Cádiz. El modus operandi consistía en la compraventa de móviles y otros dispositivos electrónicos de alta gama, a precios inferiores a su valor de mercado, que obtenían a través de la comisión de diferentes tipologías delictivas, como estafas, hurtos o usurpaciones de identidad, y comercializaban en plataformas en línea de segunda mano.
El líder de la trama, que operaba desde su domicilio en Madrid habría obtenido un beneficio ilícito superior a los 300.000 euros y contaba con la ayuda de la mujer, que era técnica de Hacienda. Ambos fueron detenidos a finales del mes de junio.
Fruto del registro del domicilio del principal investigado, los agentes han intervenido 136 teléfonos móviles, cinco tabletas, cinco relojes inteligentes, cuatro ordenadores portátiles y un ordenador de sobremesa.
Con el avance de la investigación, y después del estudio y seguimiento de una muestra elevada de teléfonos vendidos, los agentes descubrieron que muchos de ellos figuraban sustraídos o provenían de su red de colaboradores.
La investigación comenzó en marzo de 2022 gracias a las tareas de ciberpatrullaje y monitorización de contenidos web que realizan los agentes de la Unidad Central de Cibercriminalidad. En aquella fecha detectaron, en una conocida aplicación de compraventa de segunda mano, un perfil con miles de ventas realizadas en las cuales se ofrecían numerosos terminales móviles de alta gama y otros dispositivos electrónicos, precintados y nuevos, a precios muy inferiores a los de mercado. Ante la sospecha de que la baja de precios se explicara por la procedencia ilícita de los dispositivos, se iniciaron las investigaciones sobre el principal investigado y titular de aquel perfil.
Después de varias gestiones policiales, los agentes acreditaron que un elevado número de terminales telefónicos provenían, por un lado, de hurtos cometidos por empleados desleales en diferentes tiendas de telefonía situadas en Fuengirola (Málaga) y Alcalá de Henares (Madrid). Por otro lado, evidenciaron que aquellos trabajadores daban salida a muchos teléfonos mediante usurpaciones de identidad de sus clientes, acabando todos ellos en manos del principal investigado.
De la misma manera -y gracias a la colaboración con la plataforma de compraventa- los agentes descubrieron varias compras fraudulentas en las cuales el dinero, que provenían de estafas, se cargaban en monederos virtuales para acabar a disposición del líder de la trama, que los utilizaba para la compra de terminales de su perfil.
