Adiós a Dolly Van Doll, icono del cabaret y pionera trans en Barcelona, a los 87 años

Nacida como Carlo Follis, fue una de las primeras mujeres trans en operarse en el mundo y triunfó en Barcelona con el cabaret Belle Époque, en el local que después sería Luz de Gas.

14 de octubre de 2025 a las 14:23h
Dolly Van Doll | FOTO: Nombres Propios de RTVE
Dolly Van Doll | FOTO: Nombres Propios de RTVE

La artista de cabaret Dolly Van Doll, nombre artístico de Carlo Follis, ha muerto a los 87 años en Barcelona, según ha adelantado ‘El País’. Nacida en Turín (Italia) en 1938, Van Doll fue una pionera de la transexualidad y una figura emblemática de la Barcelona nocturna de los años setenta y ochenta, donde llevó una nueva manera de entender el cabaret como espacio de libertad y modernidad.

Según el mismo medio, la artista murió el 13 de octubre de 2025 a consecuencia de un derrame cerebral, después de haber sido ingresada por problemas cardiovasculares.

 

Una vida de vanguardia y valentía

Ya desde muy pequeña, Dolly Van Doll mostró una fuerte identidad femenina. Según recoge Tot Barcelona, a los tres años ya decía que quería ser bailarina y, a los diez, afirmaba que quería ser mujer. En 1964, con solo 26 años, viajó a Marruecos para someterse a una cirugía de afirmación de género a cargo del prestigioso doctor Georges Burou, el mismo que operó a Christine Jorgensen y Coccinelle. “Fui la cuarta persona del mundo en cambiar de sexo”, recordaba ella misma en una entrevista a El País. Desde aquel momento, pasó a llamarse Carla Follis.

Después de actuar en escenarios internacionales como Le Carrousel de París, el Chez Nous de Berlín o el Bar-Celona de Hamburgo, en 1971 fijó su residencia en Barcelona, donde empezó a actuar en la sala Gambrinus y en otros locales emblemáticos como Barcelona de Noche.

Dolly Van Doll en Noms Propis de RTVE
Dolly Van Doll | FOTO: Noms Propis de RTVE

 

Belle Époque: el escenario de la libertad

En 1976 fundó el cabaret Belle Époque en Valencia, y en 1982 abrió una segunda sede en Barcelona, en la calle Muntaner, en el mismo espacio que más tarde ocuparía la sala Luz de Gas. Según El País, aquel local se convirtió en un referente de la noche barcelonesa, donde se mezclaban artistas, intelectuales y personajes de la alta sociedad.

Dolly Van Doll fue mucho más que una vedette: fue una precursora en la visibilización del colectivo trans y una referencia cultural para varias generaciones de artistas. Toda Barcelona recuerda que entre su público pasaron figuras como Maria Callas, Joséphine Baker, Paul Newman o Aristóteles Onassis, testigos de una época en que Barcelona se abría a la modernidad.

 

Legado y reconocimiento

En 2007 publicó su autobiografía, De niño a mujer. Un canto a la libertad, al amor y la dignidad, donde relataba su vida como un camino de resistencia y de amor propio. También apareció en producciones cinematográficas como la película Entreacte (1988).

Dolly Van Doll deja un legado artístico y vital que rompió moldes y abrió camino en tiempos difíciles. Como escribe El País, fue “la artista que llevó la modernidad al cabaret barcelonés”, y como recuerda Tot Barcelona, una mujer que vivió con orgullo y libertad aquello que tantos otros tuvieron que esconder.

Sobre el autor
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Eric Mendo
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