La segunda campaña de trabajos de identificación e inventario de los grabados rupestres del país ha permitido documentar 57 grabados rupestres en todo el Principado, entre los cuales destacan tres conjuntos de gran valor patrimonial en Ordino y Encamp. Los trabajos han sido pilotados por el conservador-restaurador del departamento de Patrimonio Cultural y especialista en la materia, Jordi Casamajor, e impulsados por los ministerios encargados de la Educación y la Cultura.
El primer conjunto, localizado en la partida de l’Any de la Part en Ordino, se trata de unos grabados con representaciones prehistóricas y medievales que, a pesar de haber sido documentados por el historiador Pere Canturri en 1973, hasta ahora se desconocía la ubicación exacta. Este conjunto ha podido ser localizado y documentado gracias a la ayuda del conservador Eudald Guillamet.
En la parroquia de Encamp se han localizado dos conjuntos, uno en el entorno de Les Bons y el otro en la montaña de Rep. En el primero de ellos se encuentran representadas figuras antropomórficas, aves y dibujos de diversa simbología, como imágenes solares y estrellas, y probablemente datan de la época medieval. Mientras que el segundo de ellos está compuesto por representaciones complejas de cazoletas hemisféricas. Este conjunto de grabados prehistóricos, concretamente, fue descubierto por el director del cuerpo de Banders, Ferran Teixidó.
La conservación de los grabados rupestres –que sumando los descubiertos en la primera campaña y en esta segunda son en total 62– es fundamental para preservar el patrimonio cultural e histórico del país. Estos grabados, que a menudo datan de miles de años, son testimonios únicos de las primeras expresiones artísticas y espirituales. Además, los grabados rupestres son frágiles y vulnerables a factores como el desgaste natural, la contaminación, las alteraciones climáticas, o incluso actos de vandalismo. Por estos motivos, si no se conservan adecuadamente, se pueden perder para siempre, empobreciendo el conocimiento de la historia de Andorra. Por eso, es esencial estas campañas de identificación, el uso de técnicas de restauración, la creación de zonas de acceso restringido, y la sensibilización de la sociedad sobre su importancia.