Los Bomberos de la Generalitat han dado por cerrado el operativo de emergencia por las inundaciones en las Terres de l’Ebre tras atender 592 avisos hasta las 20.00 h, una cifra que se eleva hasta cerca de 600 a lo largo del episodio. No se han tenido que lamentar víctimas mortales.
La afectación material más relevante son las patologías estructurales detectadas en 24 edificaciones e infraestructuras. De estas, en 6 se ha determinado riesgo estructural y se ha prohibido el acceso; en 8 más hay daños relevantes y también se ha restringido la entrada; y en las 10 restantes los daños son menores y no se han ordenado restricciones.
Según el cuerpo, el episodio ha sido de “simultaneidad”, con muchos servicios abiertos a la vez. En una primera fase se priorizaron los salvamentos urgentes —una treintena entre vehículos atrapados y bajos inundados— y la detección de patologías en edificios e infraestructuras. A continuación se pasó a la extracción de agua en bajos, aparcamientos y subterráneos y a la asistencia a la población para facilitar el retorno a la normalidad, incluyendo la limpieza de barro en espacios afectados.
A lo largo de la semana, más de un millar de efectivos de los Bomberos han trabajado en la zona para reabrir vías y carreteras cortadas o afectadas y para sanear las zonas inundadas. Una de las tareas clave ha sido la coordinación de agencias y recursos: brigadas municipales, voluntariado de Protección Civil, ADF y Cruz Roja, así como maquinaria pesada, han operado bajo la dirección del cuerpo para acelerar los trabajos de recuperación.