Avían esturiones en el Ebro para repoblar el río a medio plazo

El esturión desapareció del Ebro en los años 70 del siglo XX y, hasta ahora, se han liberado 138 que se han adaptado bien al río

17 de diciembre de 2025 a las 13:58h

El Instituto para el Desarrollo de las Comarcas del Ebro (IDECE) y el Centro de Estudios de ríos Mediterráneos (CERM) han realizado la tercera liberación de esturiones en el río Ebro este miércoles.

44 nuevos ejemplares se han soltado en el río, después de unos días de adaptación en el centro acuícola del IRTA de la Ràpita, adonde llegaron desde Francia. Con estos son ya 138 los esturiones que se han reintroducido en el Ebro, donde hacía medio siglo que la especie había desaparecido.

Marc Ordeix, coordinador del proyecto y del CERM, ha destacado el "correcto" comportamiento que han tenido los peces liberados en el río desde 2023. Ordeix también ha remarcado que las rampas de peces creadas con el Life MigratoEbre han favorecido la recuperación de otra especie migradora, el sábalo.

Como se ha hecho en los últimos dos años por estas fechas, el IDECE y el CERM han vuelto a liberar en Tivenys (Baix Ebre) varios de los esturiones criados en Francia en el marco del programa de reintroducción de esta especie en el río Ebro.

Gracias al convenio con el gobierno francés, cada año llegan unas cuantas decenas de ejemplares desde el centro de reproducción en cautividad del INRAE (el Institut National de Recherche en Sciences et Technologies pour l'Environnement et l'Agriculture) de Saint Seurin-sur-l'Isle, en la zona de Nueva Aquitania, cerca de Burdeos.

El año que viene no se podrá hacer la cuarta liberación porque, como "es complejo hacerlos criar", este año no se ha conseguido. La siguiente suelta se hará en el 2027, si la reproducción en Francia el año que viene "es exitosa". La liberación se hace en esta época del año por la adecuada temperatura del agua del río.

BUENA ADAPTACIÓN

Los ejemplares que se liberaron en 2023 y 2024 "se han adaptado bien" al Ebro y al entorno marítimo deltaico. "Cuando los hemos soltado, hemos visto que se iban hacia el tramo final del río, algunos se han ido al mar, alrededor del Delta, otros se han quedado en el estuario (en el 'aiguabarreig').

Unos están en un lugar, los otros en otro, pero es normal que se muevan entre el estuario y el mar cuando tienen esa edad, entre un año y medio y tres años", ha explicado Marc Ordeix, coordinador del proyecto y del CERM de la Universitat de Vic. Se trata de un comportamiento "idóneo y esperado" que también se ha producido en la reintroducción del esturión en la Garona o el Dordoña en las que se mira la del Ebro.

Ordeix ha recordado que la reintroducción del esturión "es un proceso muy lento" y habrá que esperar cerca de dos décadas para pasar a la segunda fase, cuando estos esturiones tengan entre 15 o 20 años y remunten el río para reproducirse –los machos entre 13 y 15 años y las hembras entre 18 y 20 años-. "Harán falta muchas liberaciones, muchos años, mucha paciencia e ir viendo cómo se comportan en el río", ha apuntado el científico.

INCREMENTO DE OTRAS ESPECIES MIGRATORIAS

Con el Life MigratoEbre se han construido rampas de peces en los azudes de Xerta y Ascó y en las esclusas que han de facilitar la recuperación de las especies migratoras en el Ebro. De hecho, este año "la sorpresa" ha sido la detección de la saboga, un pez del tamaño de un salmón, que era muy abundante en el tramo bajo del Ebro y que también desapareció.

El coordinador del CERM recuerda que en el municipio de Tivenys hasta tres familias vivían de la pesca del sábalo. "Ahora hay bastante en el Ebro y también se han visto río arriba. Por lo tanto, han utilizado la rampa o la esclusa de navegación. Además, se han encontrado ejemplares juveniles. O sea, que han criado y se han reproducido aguas arriba", ha explicado. "Esto es una noticia buenísima. Es una especie que con los años se irá recuperando y tendrá una importancia, no sabemos si económica, pero si más bien social, ambiental, básica", ha destacado Ordeix.

Ahora habrá que comprobar si el esturión "tiene miedo" a hacer uso de las rampas, aunque se han situado a la profundidad que esta especie necesita, entre 50 y 80 centímetros. "Veremos cómo va en el momento que venga aquí, porque es el pez más exigente de todos porque necesita mucha profundidad", ha detallado el científico.

 

Sobre el autor
Disseny sense títol (9)
Marc Pascual Garsaball
Ver biografía
Lo más leído