Los aranceles de Donald Trump detienen las exportaciones de sal del delta del Ebro

Los productores han asegurado que después de unos años con un crecimiento de entre el 20 y el 25%, este año podría haber una reducción del 5% en las ventas

27 de agosto de 2025 a las 08:49h

La sal del delta del Ebro, que tiene en los Estados Unidos uno de sus principales mercados, tampoco escapa del frenazo de las ventas a raíz de los aranceles impuestos por el presidente norteamericano Donald Trump. Infosa, la sociedad que explota las salinas de la Trinidad, en la punta de la Banya, prevé una bajada del 5% este año a raíz de las nuevas condiciones arancelarias, después de haber experimentado crecimientos anuales de hasta el 25%. A pesar del clima de incertidumbre constante, el gerente, Manel Salvadó, confía en que los Estados Unidos se mantendrán como uno de sus mercados exteriores clave de la empresa. Esta semana han comenzado los trabajos de la cosecha de sal, que este año podría llegar a las 85.000 toneladas, limitada por las lluvias del otoño pasado.

Infosa, que había llegado a vender hasta una tercera parte de su producción anual en el mercado norteamericano, ve ahora cómo las imposiciones arancelarias de Trump pueden limitar su expansión en este país. "Veníamos de una serie de años que teníamos crecimientos de entre el 20 y el 25% y este año perderemos un 5%", ha indicado Salvadó.

La imposición, de entrada, de unos aranceles del 10% a las importaciones encarecerá de forma considerable los precios de venta de la sal. Pero no sólo eso. "Ha sido toda la inquietud, la incertidumbre que genera. Ante la incertidumbre de si hoy será un 10% y mañana no sabemos si será un 35% pero quizás acaba siendo un 20%, los clientes norteamericanos han acabado siendo más miedosos en el momento de gestionar los pedidos", ha precisado.

Con todo, la empresa considera que su posición allí sigue siendo fuerte y apunta que la evolución de las ventas exteriores en los últimos años les hace vislumbrar el futuro con relativo optimismo. Aparte de los Estados Unidos, Francia sigue siendo uno de los principales destinos de la sal del Delta. Se suman también, como mercados emergentes, Canadá y Alemania.

De hecho, según Salvadó, las buenas campañas posteriores al temporal Gloria han permitido recuperar el bache de facturación anterior, llegando este año a los 16 millones de euros, un 10% que hace cinco años atrás.

Comienza la salinada

Esta semana, precisamente, Infosa ha iniciado la campaña de recolección de la sal. La previsión inicial se sitúa entre las 80.000 y 90.000 toneladas. Una cifra que se quedará por debajo de campañas recientes, durante las cuales se superaron las 100.000. A pesar de ello, las lluvias y el impacto de la dana del pasado otoño, con 700 litros de precipitaciones acumulados que afectaron la calidad de las salmueras dentro de las balsas, hacían prever cifras más magras a principios de año. El calor del verano y, sobre todo, los episodios de viento, han ayudado a mejorar las expectativas de una cosecha inferior pero dentro de la media "estándar" con una calidad entre "buena y muy buena"

En cambio, la producción de flor de sal, un producto gourmet muy apreciado, vive una buena campaña. Se esperan sacar unos 30.000 kilos en total. La flor de sal, un velo muy fino que se forma sobre la superficie del agua, se recolecta artesanalmente a partir de mayo, finalizando casi al mismo tiempo que la salinada. "Ha acabado siendo un producto muy emblemático para nosotros y acaba siendo un poco el buque insignia de nuestra producción", ha admitido Salvadó.

En la campaña salinera de este año, según la empresa, participan un total de 120 personas, incluidos los 60 trabajadores fijos, que se organizan en cuatro equipos para garantizar la continuidad del proceso con maquinaria especializada. La previsión es que el proceso se alargue durante unos quince días.

Apoyo al proyecto de pantalán

Por otro lado, Salvadó se ha mostrado optimista ante el hecho de que el Ayuntamiento de la Rápita se haya comprometido a rehacer y ampliar a otros usos el proyecto de un pantalán en la punta de la Banya que permitiría a las salinas poder sacar por vía marítima su producción sin depender de los cortes que los temporales provocan sobre el camino que recorre el istmo del Trabucador. La propuesta inicial fue rechazada por el gobierno español por el impacto ambiental que suponía en el espacio natural.

La reformulación del proyecto con la que trabaja el consistorio rapitense incluye también aprovechamientos turísticos, para la investigación y la formación. "Nosotros ayudamos al Ayuntamiento, seguimos su trabajo y colaboramos con lo que haga falta. Estamos un poco a la expectativa porque somos conscientes de que es una infraestructura básica para el desarrollo futuro de las salinas".

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