Los aguaceros convierten las carreteras del Ebro en un puzle

Varias vías siguen cortadas porque la fuerza del agua arrancó tramos enteros de carretera

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14 de octubre de 2025 a las 17:22h

Diversos tramos de la capa asfaltada de la carretera TV-3443, conocida como de la Carrova que antiguamente unía Tortosa y Amposta, reposan en medio de bancales cultivados en el margen derecho del río Ebro. La fuerza del agua, especialmente de un barranco de la Galera desbordado, rompió el pavimento y lo desplazó decenas de metros, como piezas desmontables. El vial, paralelo al canal de la Derecha del Ebro, es una de las afectaciones más visibles del paso destructivo de la borrasca Alice por el Montsià, como muestran las imágenes con dron tomadas por la ACN. Al otro lado, Carreteras de la Generalitat trabaja para poner a punto la C-12, donde la fuerza del agua rompió y arrastró vallas y señales, dejando montañas de basura y barro que cortan el tráfico.

Una patrulla de los Mossos, situada en la C-12 justo delante de la torre de la Carrova, en el término municipal de Amposta, informa a los conductores de que la carretera se mantiene cortada y de que deben dar la vuelta. La otra carretera paralela al canal de la Derecha, la local TV-3443, la carretera antigua, tampoco se encuentra operativa. Este vial da acceso a un matadero industrial de aves así como a numerosos huertos y fincas entre el canal y la orilla del río Ebro, hecho que la convierte, en la práctica, en una vía de servicio.

Retroexcavadoras y limpiadoras, camiones y operarios trabajan en las dos carreteras a cada lado del canal para reabrirlas lo antes posible. En el caso de la C-12, montañas de cañas y desechos se acumulan en los puntos del trazado más cercanos al barranco de la Galera. Señales y vallas de seguridad laterales han desaparecido en muchos tramos. Algunas de las piezas de piedra de la parte superior de la estructura del puente han quedado levantadas.

A pesar de todo, el pavimento parece no haber sufrido graves daños. No se puede decir lo mismo en el caso de la carretera local que es titularidad de la Diputación de Tarragona. Tramos de decenas de metros han quedado deformados, arrancados y desplazados en pieza. Algunos se pueden ver en medio de fincas de hortalizas, cítricos u olivos cercanos al río Ebro. Allí también han ido a parar, en algunos casos, las vallas de protección lateral.

Nuevamente, un episodio de fuertes aguaceros en el interior del Montsià deja fuera de servicio uno de los ejes viarios de comunicación más importantes del territorio en el entorno de la desembocadura en el Ebro del barranco del Montsià. Uno de los episodios más graves tuvo lugar en octubre de 2018. Entonces, el colapso del barranco de la Galera cuando pasa por debajo de las dos carreteras y del canal destrozó, reventando por debajo, el pavimento de la C-12.

Para solucionarlo, el Departamento de Territorio invirtió 200.000 euros para reconstruir el vial y la escollera de protección de esta carretera, pero también instalando un cajón más grande con una mayor capacidad de desagüe para, teóricamente, minimizar el problema. Las obras duraron dos meses, durante los cuales el tráfico quedó también cortado durante días y limitado mientras se ejecutaban las obras.

El problema de base, sin embargo, persiste, tal y como ha publicado la ACN en diversas ocasiones. Entre las dos carreteras que pasan por encima del tramo final del barranco, pocos metros antes de desembocar en el Ebro, transcurre el viaducto del canal de la Derecha del Ebro. Una infraestructura construida en el siglo XIX con unos ojos con una capacidad de desagüe muy limitada y que la basura que baja con la riada colapsa fácilmente, creando una presa e inundando las dos vías. Tanto el Govern como la Comunidad de Regantes de la Derecha han manifestado públicamente y en diversas ocasiones su voluntad de estudiar soluciones duraderas para resolver el problema que, por ahora, no se han concretado.

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