Aunque era el punto más destacado del Pleno de julio en el Ayuntamiento de Solsona, ayer la alcaldesa, Judit Gisbert, anunció que se retiraba del orden del día la aprobación del Plan municipal de vivienda solidaria. Su votación se aplaza para otra sesión, una vez se hayan subsanado una serie de errores.
A pesar del intento de Judit Gisbert de aplazar el debate sobre este documento una vez se disponga de la versión definitiva, la oposición lo desacreditó completamente. Junts per Solsona incluso pidió la dimisión de la concejala de Vivienda, Pilar Viladrich (Aps-CUP).
Tanto la alcaldesa como la responsable del área admitieron que se habían detectado una serie de errores que no se habían incorporado en el documento entrado por registro, y de ahí que se decidiera retirarlo. Judit Gisbert invitó a la oposición a un encuentro previo al Pleno en que se acabe votando para recoger aportaciones.
Pilar Viladrich atribuyó la urgencia de disponer de este plan para tener más facilidades para que Solsona se acoja a la primera convocatoria del Plan de barrios y pueblos de la Generalitat de Cataluña. Con todo, ni Junts ni Treballem per Solsona desaprovecharon la ocasión para cargar duramente contra el documento redactado por la cooperativa de arquitectura Laboqueria con la intervención de otros técnicos.
Elis Colell, de Junts, calificó de “falta de respeto” hacer llegar el plan a la comisión informativa por lo que considera una “falta de rigurosidad absoluta”. Recordó que este proyecto tiene un coste de unos 15.000 euros y reclamó su reelaboración sin ningún sobrecoste.
Para el portavoz de Treballem per Solsona, Marc Barbens, la propuesta de Plan municipal de vivienda que se les había hecho llegar “es un despropósito” y “una chapuza”, que contiene información errónea e incompleta sobre los barrios de la ciudad y datos demográficos desfasados, entre otros. En cuanto al apartado de recomendaciones de acciones, Treballem lamenta que no se hayan intentado consensuar entre todos los grupos municipales, especialmente teniendo en cuenta que tendrá una vigencia de seis años.
La concejala de Vivienda lamentó la voluntad de la oposición de hacer “escándalo” con este tema. Explicó que buena parte de las acciones que plantea este instrumento para hacer frente a la problemática de la vivienda en la ciudad surgieron de las reuniones de la Mesa de Vivienda de Solsona –el órgano participativo con agentes públicos y privados creado el año pasado para idear soluciones a la falta de oferta de alquiler y en que también son invitados todos los grupos municipales. Pilar Viladrich también reprochó a Elis Colell que su formación política no haya trasladado al gobierno ninguna propuesta en esta materia.
En el mismo Pleno, la responsable de Vivienda mencionó algunas de las acciones en que se trabaja desde la concejalía. Así, recordó la voluntad del Ayuntamiento de presentarse a la primera convocatoria del Plan de barrios y pueblos en parte para conseguir subvenciones para la rehabilitación de los interiores de pisos.
Tres solares para la reserva pública de la Generalitat
Viladrich también explicó que se han inscrito tres solares municipales en la reserva pública de la Generalitat de Cataluña para la construcción de viviendas asequibles. Se trata de fincas de las calles de Antoni Gaudí (2.500 m2) y de Busa (1.512 m2) y de la avenida de Sant Bartomeu (869 m2). Asimismo, avanzó que se están explorando vías de col·laboración con promotores sociales para desarrollar proyectos de construcción de vivienda social en estos solares que se han puesto en la reserva.