Los vertidos de residuos incontrolados en los puntos de recogida rurales de la comarca del Solsonès han experimentado un incremento en los últimos años y, por ello, el Consejo Comarcal ha puesto en marcha una campaña para ponerle remedio. El ente comarcal quiere combatir el incivismo en la gestión de residuos y ha llegado a un acuerdo con los Mossos y los Agentes Rurales para que se incremente la vigilancia en las áreas con contenedores para poder detectar y sancionar con multas que pueden llegar a los 6.000 euros estas conductas incívicas.
La presidenta del Consejo Comarcal del Solsonès, Maria Claustre Sunyer, ha explicado a la ACN que los vertidos son tanto de particulares como de empresas y van desde mobiliario y electrodomésticos hasta aceites de motores.
El Solsonès, una comarca eminentemente rural y con muchas masías diseminadas, cuenta con varios puntos de recogida de residuos fuera de las áreas urbanas. Se trata de un servicio que gestiona el Consejo Comarcal del Solsonès y que, desde hace unos años, ha notado un incremento de vertidos incontrolados en estas áreas. Para hacerles frente, el consejo ha puesto en marcha una campaña para combatir el incivismo en la gestión de los residuos. Una de las actuaciones es el refuerzo de la vigilancia en estas áreas por parte de los Mossos y los Agentes Rurales. En caso de que los cuerpos de seguridad detecten algún infractor, se pueden poner sanciones económicas que oscilan entre los 600 y los 6.000 euros.
La presidenta del Consejo Comarcal lamenta que, desde hace unos cuantos años, se encuentran estos contenedores —destinados exclusivamente a las personas que viven en áreas rurales— muy llenos y con residuos que no deberían ir. "Tenemos desde vertidos de alguien a quien le cuesta o que no quiere reciclar, de empresas que vierten residuos aquí y no pueden porque lo tendrían que gestionar ellas mismas, y también voluminosos que tendrían que ir al punto limpio como ahora colchones, sofás o armarios", ha detallado Sunyer. Esta situación, además, también provoca un "sobrecoste" para el Consejo Comarcal a la hora de gestionar todos estos residuos.
La situación, apunta Sunyer, se agrava durante los meses de verano, ya que la comarca tiene muchos veraneantes que tienen segunda residencia o personas de paso que van a pasar el día. "Tenemos zonas como la Vall d'Ora, la Ribera Salada o el pantano de la Llosa del Cavall, donde hay mucha gente que va a pasar el día y deja todos los desechos allí y no se los lleva", lamenta la presidenta. De hecho, asegura que han detectado, incluso, gente que se lleva los desechos de casa para acabarlos vertiendo en alguno de los puntos de recogida rurales de residuos.
Aparte de las cuestiones más vinculadas con la vigilancia y las multas, el Consejo Comarcal también ha puesto en marcha una campaña informativa para concienciar a la población sobre el uso correcto de los servicios de recogida de residuos y los recursos disponibles, como ahora el punto limpio de Solsona o el de Sant Llorenç de Morunys. "Mucha gente vierte en estos puntos sabiendo que no puede hacerlo, pero quizás hay una parte de la población que vierte por desconocimiento", ha expuesto la consejera del ente comarcal.
Un nuevo modelo de recogida de residuos
Una de las acciones que también se están haciendo es mover de lugar estos puntos de recogida rurales de residuos o bien reducirlos. Se trata de una actuación que va en la línea del nuevo modelo de recogida de residuos comarcal, que está a punto de implementar el Consejo Comarcal del Solsonès. En concreto, el nuevo sistema contará con contenedores cerrados, que tendrán mecanismos de control de acceso. Sunyer ha explicado que en estos momentos se está preparando la licitación y el objetivo es que a principios del 2026 ya se pueda hacer el cambio de modelo.