Josep Manel Sabaté: “Tenemos previsto empezar las obras del Celler el primer trimestre de 2026”

Entrevista al alcalde de Castellvell del Camp, Josep Manel Sabaté

28 de octubre de 2025 a las 07:00h
Actualizado: 29 de octubre de 2025 a las 11:29h

Entrevistamos al alcalde de Castellvell del Camp justo antes de aprobar los presupuestos. Nos comenta qué pasará con los impuestos, el estado de la bodega y la apuesta por la cultura del municipio. 

¿En qué estado se encuentra Castellvell? ¿Es un buen momento para el municipio?
En estos momentos estamos muy bien, porque primero nos tenemos que basar en la economía del municipio. La economía está totalmente saneada y, al mismo tiempo, se están haciendo inversiones. Todo esto lo hemos conseguido en estos seis años que llevamos en el gobierno, sin subir ningún impuesto. Lo único que tuvimos que ajustar fue el agua, pero ni el IBI ni ninguna otra tasa se han tocado. De hecho, la presión fiscal que tenemos hoy en comparación con cuando entramos ha bajado casi cinco puntos, y hemos podido hacer muchas cosas: desde el refugio que rehabilitamos hasta el vial para peatones que acabamos de terminar hace pocos días.

Comentaba a la hora de presentar presupuestos para este año que era un presupuesto expansivo. ¿Cree que este año se ha podido mejorar la calidad de vida en Castellvell?
Sí, y además ahora ya tenemos aquello que queríamos, porque era una demanda histórica: poder bajar caminando hasta el núcleo de Castellvell. El vial, que se ha conseguido después de muchos años de lucha, permite ir tanto a pie como en bicicleta. Además, hemos habilitado una pequeña zona de recreo con elementos de calistenia, y acabaremos de completarla con bancos y mesas de picnic. Todo ello ayuda a mejorar la calidad de vida y a hacer que la gente se sienta mejor en el pueblo.

Hablaba también de seguir invirtiendo con unas finanzas saneadas. ¿Cómo se hace eso en un municipio pequeño?
Es complicado, pero desde el primer momento nos marcamos el objetivo de reducir la deuda e invertir sin sobreendeudarnos. El Ayuntamiento, cuando entramos, tenía créditos abiertos. Empezamos a rebajarlos y, a partir de ahí, todas las inversiones las hemos hecho priorizando subvenciones. Hoy en día hay muchas, y hemos sabido aprovecharlas. Solo hacemos aquello que podemos asumir sin comprometer el presupuesto. Ahora, por ejemplo, estamos preparando los presupuestos que aprobaremos en noviembre, e incluyen una nueva pista polideportiva polivalente para fútbol, baloncesto y otras actividades, al lado de las pistas de pádel. También mejoraremos la pista actual con un cierre, y tenemos presupuestada la remodelación del Celler, que adquirimos hace unos años, donde queremos crear una sala polivalente para días festivos, música o teatro. Todo esto se hace con subvenciones del PUOSC, de ImpulsDipta y de otros programas. Intentamos aprovechar todos los recursos posibles antes de recurrir a crédito.

¿Para 2026, cuándo se presentarán los presupuestos?
Este mismo noviembre se aprobarán.

¿Qué pasará con los impuestos?
Seguiremos igual. Mientras podamos mantener los servicios sin aumentar impuestos, no los tocaremos. El único cambio, como en todos los municipios, será la tasa de la basura, porque nos tenemos que adaptar a lo que marca la Unión Europea: que cada ciudadano pague según lo que genera. Pero ni el IBI ni ningún otro impuesto se incrementarán.

¿La gente lo entiende, esto de la basura?
Ahora empezaremos una nueva campaña informativa. Ayer mismo nos reunimos con la empresa que gestiona la comunicación para explicarlo de nuevo. Pienso que la gente lo entenderá: si durante todos estos años no hemos subido ningún impuesto, es evidente que no se trata de una decisión municipal arbitraria, sino de una obligación europea. Además, ya vivimos una situación parecida con la tasa del agua: llegamos a reducirla un 19%, pero después, con la subida generalizada de los costes energéticos, se compensó y ahora pagamos un 4% más que antes. En general, la ciudadanía lo entiende.

En cuanto a la recogida puerta a puerta, ¿cómo se reflejará en la nueva tasa?
Cuando implantamos el puerta a puerta hace tres años, el coste del tratamiento de la basura aumentó, porque implica más personal y más vehículos. Hasta ahora todo el mundo pagaba más o menos lo mismo, pero a partir de enero aplicaremos la tasa justa: quien genere más residuos pagará más. No será un sistema penalizador, sino que premiará a quien haga bien el trabajo. Si alguien no separa correctamente, tendrá una pequeña penalización, pero será proporcional y justa. Y si vemos que el sistema no es del todo adecuado, lo modificaremos.

El plan integral de saneamiento. ¿Qué papel juega Castellvell? ¿Cómo debe colaborar?
Actualmente, estamos trabajando conjuntamente con Reus, que gestiona también Constantí, Almoster y Castellvell, a través de Aigües de Reus. Estamos realizando el estudio técnico y la gestión se hace con el apoyo de la empresa Comaigua. El objetivo es coordinarnos bien con los municipios vecinos para mejorar la eficiencia del sistema.

Las torres del Pinar. ¿Qué información tiene? ¿Cómo va la redacción del proyecto? ¿Sigue el plazo de 2027?
Está avanzando. Sabemos que la obra se tiene que acabar a finales de 2027. Los permisos ya están otorgados y solo falta que empiece la ejecución. Eso sí, nunca se sabe exactamente cuándo empezarán: la empresa se comprometió a finalizar el proyecto dentro del plazo, pero no ha fijado fecha de inicio. El dinero está ahí y el proyecto está presupuestado; este año, de hecho, ya prevemos empezar a hacer algunos pagos. Estoy contento porque hemos llegado al punto más avanzado posible, y ahora ya no depende de nosotros. Creo sinceramente que no hay marcha atrás.

¿Se consigue arraigar a nuevos residentes en Castellvell con Reus tan cerca?
Sí, cada vez más. Antes costaba que la gente que venía de fuera participara en la vida del pueblo, pero eso ha cambiado. Un buen ejemplo es la biblioteca: a pesar de no formar parte inicialmente de la red pública, hemos conseguido incorporarla y ahora ofrece actividades constantes, charlas, clubes de lectura, cuentacuentos… que atraen a familias nuevas. Cada día pasan entre siete y diez familias, y eso en un municipio de tres mil habitantes es muy positivo. También hemos favorecido la cohesión con iniciativas como el vial de peatones, que permite bajar caminando al pueblo para participar en actividades y fiestas sin necesidad de coger el coche. Cada vez hay más gente implicada y orgullosa de vivir aquí.

¿Cómo está el antiguo Celler ahora mismo?
Una de las grandes apuestas culturales. La previsión es empezar las obras entre enero y marzo de 2026 y tenerlo terminado antes de finalizar 2027. No queremos que quede pendiente del próximo mandato. Renunciamos a hacer un auditorio nuevo, porque era demasiado costoso para un municipio pequeño. En lugar de eso, aprovecharemos el Celler para convertirlo en un espacio escénico de calidad, con buena sonoridad y capacidad para conciertos y representaciones.

La apuesta por la cultura es muy grande. ¿Cree que es la línea que debe seguir siempre el municipio?
Sí. Sin subir impuestos ni hacer ningún gasto extraordinario, hemos hecho una inversión importante en cultura, porque aporta un valor añadido al bienestar de la gente. Además, llevamos ya cinco años con presupuestos participativos, y eso también tiene mucho valor: la ciudadanía decide en qué invertir 40.000 euros anuales. Gracias a eso se han hecho actuaciones como la instalación de un toldo automático en el patio de la escuela para dar sombra, mejoras en los patios infantiles o la adquisición de material para la guardería y Protección Civil. El último año se dividieron los fondos en dos partes, y también se ha creado un espacio de juegos en el pinar del pueblo, con una gran araña central y elementos infantiles. La gente pide cosas cotidianas: mejoras para la escuela, para los niños, para los animales… Y eso es una buena noticia, porque significa que el municipio está bien y que las necesidades principales están cubiertas. También seguimos mejorando la vía pública: asfalto, alumbrado, seguridad… En algunas zonas hemos instalado farolas solares para reducir costes y garantizar la iluminación sin grandes obras.

Sobre el autor
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Sergio Lahoz
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