El turismo en Cataluña cierra un buen verano, pero el consumo de los viajeros se desploma

Algunas de las principales ciudades turísticas del territorio temen que se haya "tocado techo"

30 de agosto de 2025 a las 12:14h

El sector turístico cierra agosto con satisfacción, pero constata que cada vez se gasta menos. Después de los años "de alegría" posteriores a la pandemia, en los que se salía y gastaba mucho, los hosteleros y restauradores notan una moderación en el consumo. Aunque hay cifras récord de turistas, las pernoctaciones van a la baja y las estancias son más cortas. “La experiencia de ir a un buen restaurante o a comprar” se ha dejado de hacer, alerta la directora general de Barcelona Oberta, Elvira Garcia. “No se gastarán 40 euros si se pueden gastar 20”, dice Manuel Ángel Ortiz, del Gremio de Hostelería de Castelldefels. Sin embargo, el sector defiende que la temporada alta se alarga cada vez más y apuesta por hacer la ocupación más constante durante el año.

El turismo en Cataluña cierra de nuevo un buen verano, con datos excelentes y en algunos casos que vuelven a marcar récords, pero el temor de haber tocado techo se extiende y se percibe en la mayoría de destinos turísticos, pero especialmente en la capital, Barcelona, y en su zona metropolitana.

Elvira Garcia, de Barcelona Oberta, advierte de una “bajada” del gasto de los usuarios en la capital catalana. Asimismo, la directora general de la entidad alerta de que “el visitante local en el centro de la ciudad se ha perdido”, una tendencia que detectaron el año pasado y que considera un hecho “preocupante”. También lamenta la ausencia de turistas norteamericanos, que tradicionalmente compraban en tiendas de lujo, y que atribuyen a la caída del dólar frente al euro.

En la misma línea se expresa el secretario general de Fecasarm, Joaquim Boadas, que ha identificado que los visitantes hacen estancias más cortas y esto, según apunta, se ha traducido en un gasto menor en comparación con los años previos a la pandemia.

Estancias más cortas

De hecho, las cifras reflejan una ligera tendencia a la baja del número de pernoctaciones de los visitantes en los hoteles. Según datos del INE, el mes pasado se batió el récord de turistas que utilizaron estos establecimientos en un julio (2,6 millones, un 3,3% más que doce meses antes), pero el número de estancias en las habitaciones se mantuvo estable (8,2 millones, un 0,2% más).

Así, de media, cada visitante se alojó 3,14 noches en los hoteles catalanes, la cifra más baja en un julio desde el inicio de la serie histórica, en 1999, exceptuando 2020 y 2021, marcados por la pandemia. A inicios de siglo, los turistas estaban cuatro noches, lo que cayó para moverse en las 3,5 de media hasta antes de la covid, una cota a la que no se ha vuelto a llegar desde entonces. El año pasado, la cifra se situaba en las 3,24 pernoctaciones.

En Tarragona, por ejemplo, el portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería (FEHT), Xavier Guardià, destaca especialmente la ocupación durante el puente del 15 de agosto, con cifras de entre el 90-95%, con el resto del mes con entre el 85% y el 90%. "Agosto sigue siendo el mes por antonomasia, el mes de los españoles y de los franceses", afirma Guardià a la ACN.

Alargar la temporada

El representante de la FEHT subraya, sin embargo, que la temporada se alarga, y esto también afecta a la ocupación. "Cuando tienes un 90-95% de ocupación vas más estresado", afirma, remarcando que están "contentos" con alargar y reforzar las temporadas.

"No hemos tocado techo porque aún tenemos muchos meses para llenar. En la quincena del mes de agosto seguramente sí", destaca el portavoz. Preguntado por la reducción de las estancias, Guardià explica que "lo más importante no es el número final de turistas ni crear récords, sino que cada vez la temporada sea más larga y sea más constante".

El tipo de turista que cada vez hace estancias más cortas es, sobre todo, el residente en el extranjero, con una media de 3,5 noches –antes de la pandemia rondaba las cuatro–, mientras que el residente en el Estado español tiene un comportamiento estable en torno a las 2,5 noches.

El sector destaca que la gente cada vez veranea menos y que se reparte los días de vacaciones en otros meses del año, y sufre más por el aumento de precios. "Creo que estamos volviendo al gasto de 2019, ya que durante los años de pandemia no nos dejaban gastar y cuando salimos, en 2023 y 2024, fue un poco carpe diem", comenta.

Un turismo "de ahorro"

Desde Barcelona, Elvira Garcia afirma que la capital percibe “un turismo de ahorro” y puntualiza que hábitos como “la experiencia de ir a un buen restaurante o a comprar” se ha dejado de hacer. Incluso, explica que clientes alojados en hoteles piden comida a domicilio o compran en supermercados y lo consumen en la habitación y “esto se nota” en la facturación del sector de la restauración.

"No hay aquella alegría" al gastar, confirma Boadas, de la Fecasarm, que lamenta que el cliente que gastaba entre 2.000 y 5.000 euros en una noche ha desaparecido.

A pesar de la rebaja del consumo, el secretario general de la patronal del ocio concreta que las noches de viernes y sábado de este año han sido "los días más fuertes, con una ocupación que ha podido llegar al 90%". Con todo, valora de forma positiva el verano en Barcelona, con un comportamiento similar al de 2024, especialmente de los negocios vinculados al ocio nocturno.

"La sensación que tenemos los restauradores y los hoteleros es que hay un gasto medio inferior al del año pasado, pero sin ser un descenso demasiado grande”, dice el presidente del Gremio de Hostelería de Sitges, Oskar Stöber. Por ahora, evitan cuantificar la caída y recuerdan que en su caso no cierran la temporada hasta que pasa el festival de cine, a mediados de octubre.

El presidente del Gremio de Hostelería de Castelldefels, Manuel Ángel Ortiz, también reconoce una reducción de la facturación, porque los clientes han limitado su presupuesto para las vacaciones: “No se gastarán 40 euros si se pueden gastar 20”. Ortiz prevé que los ingresos de agosto podrían caer un 10%, a pesar de un buen arranque de temporada entre mayo y junio.

El presidente de la asociación se queja de los mensajes de alertas por el clima, tanto por lo que se refiere al calor como a la lluvia, porque “condiciona” a la clientela. “La gente coge miedo”, avisa.

Los campings alargan temporada

Otro de los sectores estrella del turismo en Cataluña, el de los campings, defiende que ha tenido un agosto con buenas cifras de ocupación, que se han mantenido durante toda la temporada en torno al 85%.

El presidente de la Federación Catalana de Campings, Miquel Gotanegra, destaca que cerca de un 45% de los usuarios han sido del país. Este porcentaje ha ido en aumento desde la pandemia, un punto de inflexión que permitió al público local redescubrir los establecimientos de camping de Cataluña. En cuanto a público extranjero, ha predominado el mercado francés, belga y alemán, procedentes de países con una larga tradición campista.

Como ya ocurre en los hoteles, sin embargo, notan una reducción de las pernoctaciones. Si en verano de 2024 había una estancia media de siete noches por turista en los campings gerundenses, este 2025 se cerrará por debajo de las seis. El sector remarca, sin embargo, que han registrado un incremento de visitantes y que la temporada turística no termina en agosto. De hecho, avanzan que en Girona mantienen ocupaciones muy elevadas de cara al otoño.

De hecho, en esta zona cada vez hay más negocios de camping que abren durante todo el año y ya han invertido en piscinas climatizadas y otros servicios. Además, los empresarios han señalado que la red de hospitales que tiene la demarcación es un "atractivo" para muchos turistas sénior que aprovechan los meses de menor afluencia turística para visitar las comarcas gerundenses.

A pesar de la percepción de estancias más cortas en Girona, los datos del INE indican que las 6,38 noches que se quedan los usuarios de campings en Cataluña representan la cifra más alta de la década. Los huéspedes de albergues y casas rurales tampoco están en mínimos, a diferencia de lo que ocurre en los hoteles.

El turismo rural permite estancias más cortas

De hecho, las casas de turismo rural del Berguedà califican de "positiva" la ocupación que han tenido este mes de agosto, que se ha situado en el 80%, una cifra ligeramente superior a la del año pasado.

A pesar de ello, el presidente de la Asociación de Agroturismo del Berguedà, Orol Baños, admite que en los últimos tiempos han notado que muchos clientes piden acortar la estancia y, por ello, algunas de las casas asociadas permiten hacer tres o cuatro noches en lugar de la semana entera.

Baños destaca que las tres semanas de agosto son las "más fuertes", y que desde hace un par de años muchos clientes les trasladan que, debido al adelanto del curso escolar, prefieren estar en casa esta última semana del mes. En julio, la ocupación en el turismo rural fue más baja y en esta zona se situó en torno al 60%.

El perfil mayoritario de los clientes del turismo rural catalán son familias del área metropolitana de Barcelona, sobre todo de municipios como Sabadell y Terrassa, aunque Baños detalla que han notado un aumento de visitantes franceses. "Es un tipo de turista que habíamos perdido y ahora hemos recuperado, y se ha convertido en el segundo perfil que más nos visita", subraya el presidente de la entidad.

Actividades de aventura

Donde por ahora no notan un agotamiento de los usuarios es en el Alt Pirineu i Aran, donde el presidente de la Asociación de Empresas de Deportes de Aventura del Pallars Sobirà, Flòrido Dolcet, dice que el sector está satisfecho, sobre todo en el caso de las actividades acuáticas. Así, recuerda que las lluvias de la primavera les han sido favorables y que las altas temperaturas del verano han hecho incrementar la demanda. A la espera de tener un cómputo de servicios, ya que la temporada se alarga hasta el 15 de octubre, apunta que el verano cierre con, casi, "cifras de récord".

De hecho, las previsiones iniciales apuntaban a que este 2025 se superarían los 800.000 servicios ofrecidos el año pasado. Una temporada que estuvo marcada, a diferencia de este año, por la sequía. Dolcet también remarca que tanto la comarca del Pallars Sobirà como el conjunto de la demarcación de Lleida sigue siendo un referente de los deportes de aventura y el turismo activo en el estado español, tanto para la práctica de actividades como por la amplia oferta que hay disponible.