Los radares de velocidad fijos se han demostrado como una herramienta clave para reducir la accidentalidad en las carreteras catalanas. Según un estudio elaborado por el Instituto Catalán de Evaluación de Políticas Públicas (Ivàlua), presentado este lunes por la consejera de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, estos dispositivos han permitido evitar 1.610 accidentes con personas heridas, de los cuales 372 han sido siniestros con víctimas graves o mortales, desde su implantación en el año 2002 hasta el 2023.
Parlon ha subrayado que “el análisis muestra una reducción anual del 30,83% en el número de accidentes con personas heridas y una reducción del 20,18% en los accidentes con víctimas graves o mortales en los tramos de carretera donde se han instalado estos dispositivos”. Además, ha añadido que “estas cifras reafirman que los radares fijos son una buena herramienta y una buena medida en clave de seguridad vial".
Más seguridad con el paso de los años
El estudio revela que la efectividad de los radares aumenta con el tiempo, hasta alcanzar reducciones del 50% de los accidentes a partir del duodécimo año posterior a su instalación. Esta mejora progresiva se explica, según Ivàlua, por un proceso de aprendizaje y adaptación de los conductores, que modifican sus hábitos de conducción de manera sostenida.
Además, el informe desmiente el llamado “efecto canguro” —la idea de que los conductores reducen la velocidad solo delante del radar y después la vuelven a aumentar—, ya que no se ha detectado ningún incremento de accidentes en puntos cercanos a los dispositivos (entre 500 y 2.000 metros).
Los perfiles y situaciones más beneficiados
Los radares son especialmente efectivos en accidentes provocados por errores humanos y en situaciones con conductores jóvenes (de 25 a 44 años) u hombres, así como en días laborables y horas diurnas, cuando hay más volumen de tráfico. También reducen notablemente los siniestros que involucran a vehículos ligeros y motocicletas, los más frecuentes en las vías catalanas.
Una metodología rigurosa y recomendaciones de futuro
Para garantizar la fiabilidad de los resultados, Ivàlua ha empleado un modelo de dobles diferencias, que permite aislar el efecto real de los radares en la reducción de siniestros. A partir de este análisis, el informe recomienda:
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Instalar radares fijos y señalizados en puntos con alta accidentalidad.
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Comparar la efectividad de los radares de punto con los de tramo para determinar cuál es más eficiente según el contexto.
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Mejorar el registro de datos de los radares móviles para analizar su impacto.
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Continuar aplicando métodos de evaluación rigurosos para evaluar otras medidas de seguridad vial.
La velocidad, un factor clave
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes de tráfico son la 13ª causa de muerte en el mundo y la principal causa de muerte y discapacidad entre jóvenes. En Cataluña, entre 2000 y 2023 se ha registrado una media anual de 7.336 accidentes con heridos, 1.177 de los cuales con víctimas graves o mortales.
La velocidad excesiva es uno de los factores más determinantes en la gravedad de un siniestro. Con 131 radares fijos señalizados actualmente repartidos por la red viaria catalana, el Departamento de Interior considera que estos dispositivos son esenciales para reducir la siniestralidad y fomentar una conducción más segura y responsable.