Cataluña ha presentado este martes en la COP30 de Belém (Brasil) uno de sus programas más ambiciosos en materia climática: el Life eCOadapt50, liderado por la Diputación de Barcelona y cofinanciado por el programa LIFE de la Unión Europea. La iniciativa, diseñada para transformar la economía local y blindar el territorio ante los impactos del cambio climático, movilizará más de 70 millones de euros hasta 2030 y quiere convertirse en un referente replicable para otras regiones.
Durante la presentación, el diputado de Acción Climática, Marc Serra, ha subrayado el alcance de esta hoja de ruta: “Es un programa muy ambicioso que nos permitirá actuar sobre sectores especialmente vulnerables, como la agricultura, la pesca, la ganadería o la gestión forestal”. Serra ha insistido en que el objetivo es “identificar acciones que funcionen y que después se puedan aplicar a escala territorial”.
La COP, espacio donde 198 países coordinan la lucha global contra la emergencia climática, se ha convertido así en el escaparate internacional de un proyecto que responde a los retos más urgentes que vive el Mediterráneo: incendios forestales cada vez más intensos, escasez de agua, transformación de los modelos agrícolas y turísticos y una presión creciente sobre los ecosistemas.
Acciones concretas para una crisis que ya está aquí
El programa ha puesto en marcha 36 acciones distribuidas en sectores clave. No se trata de planes teóricos, sino de proyectos piloto reales, testados sobre el terreno y pensados para transformaciones duraderas
Entre los ejemplos más innovadores:
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Control del turismo en Rupit i Pruit para evitar la saturación y el impacto sobre espacios frágiles.
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Red de sensores agroclimáticos que ayudan a reducir el consumo de agua.
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Intervenciones forestales en el Montseny, donde se actúa sobre las hayas del Matagalls para mejorar la biodiversidad y resistencia a la sequía.
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Ganadería extensiva con collares GPS y cercados virtuales, un sistema pionero que permite monitorizar los rebaños, reducir costes y minimizar el riesgo de incendios.
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Desalinizadoras portátiles para barcos de pesca, que producen 30 litros de agua dulce por hora y reducen el consumo de agua dulce cargada en el puerto.
También destaca el proyecto de recuperación de variedades ancestrales de viña, plantadas en Osona y en el Ripollès, con cepas datadas del siglo VIII al XV que muestran una resistencia notable a heladas y sequía. Un camino que podría marcar el futuro de un sector vitivinícola obligado a reinventarse para sobrevivir.
Laboratorios vivos por el clima con más de 1.500 participantes
Life eCOadapt50 ha impulsado la creación de los Living Labs for Climate Change (LL4CC), espacios que reúnen administraciones, entidades, expertos y ciudadanía para cocrear medidas de adaptación. Hasta ahora, ya se han celebrado 77 encuentros con más de 1.500 participantes y se han generado más de 100 propuestas.
Estos laboratorios no solo orientan la acción, sino que también facilitan que el territorio se apropie de las decisiones, un elemento clave para el éxito de cualquier política climática.
La Cataluña climáticamente preparada que se imagina en 2030
Los próximos cinco años serán decisivos. El proyecto quiere:
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Amplificar la cocreación con nuevos sectores y agentes.
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Evaluar el impacto real de las acciones implementadas.
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Incorporar el sector asegurador, clave en la gestión del riesgo climático.
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Blindar las políticas públicas y privadas con criterios de adaptación climática.
Con su presentación en la COP30, Life eCOadapt50 sitúa a Cataluña en el mapa internacional de las iniciativas que no esperan, sino que actúan. Planea, prueba y aplica. Desde la gestión de bosques y pastos hasta la pesca y el turismo, el proyecto apuesta por un territorio preparado para el clima que ya ha llegado.
