El Ministerio de Comercio de China ha anunciado este martes la decisión de aplicar aranceles de entre el 4,9% y el 19,8% a las importaciones de cerdo de la Unión Europea, incluyendo un 9,8% para los productos del sector cárnico catalán. Esta medida, que se implementará durante los próximos cinco años, sustituye los gravámenes temporales que Pekín había establecido el pasado septiembre, que llegaban hasta el 20%. El ministerio chino ha explicado que esta decisión es el resultado de una investigación por competencia desleal abierta en 2024, en un contexto marcado por las tensiones comerciales entre China y la Unión Europea, especialmente por el conflicto relacionado con los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos.
Según la información publicada por el Ministerio de Comercio chino, los aranceles aplicados a las empresas que han colaborado en el proceso de la investigación se fijarán en el 9,8%. Esto afecta directamente a empresas catalanas como Carns Juià, Costa Food, Noel y Friselva, que verán un aumento en los costes de exportación a China, uno de los mercados más importantes para la carne de cerdo del país. Por otro lado, las empresas que no han cooperado con la investigación podrán afrontar aranceles de hasta el 19,8%. Hasta ahora, las tasas máximas que China había impuesto a la carne de la Unión Europea podían llegar hasta el 62%.
Un portavoz del Ministerio chino ha justificado la medida argumentando que **la industria porcina local se enfrenta a dificultades y necesita protección** para combatir la competencia. En este sentido, las importaciones de cerdo de la Unión Europea, según el informe oficial, habrían generado una "competencia desleal" y un "daño considerable" a la industria china. El ministerio, sin embargo, ha defendido que la investigación se ha realizado de manera imparcial y respetando los derechos de todas las partes implicadas.
Impacto en Cataluña
Esta nueva medida puede afectar directamente a la economía catalana, ya que China es uno de los principales mercados de exportación de la carne de cerdo de Cataluña. Según los datos de la Promotora de Alimentos Catalanes (Prodeca), durante el año 2024, la región exportó más de 140.000 toneladas de carne de cerdo a China, cifra que representa aproximadamente el 43% del total de las exportaciones agroalimentarias catalanas al país asiático. China concentra una demanda destacada de partes menos valoradas en Europa, como orejas, hocicos y pies de cerdo, productos que son habituales en las importaciones de cerdo.
Cabe destacar que esta investigación por competencia desleal no afecta a productos como el jamón ibérico o los embutidos, que tienen una presencia testimonial en China. En cambio, se centra en carne porcina y subproductos refrigerados o congelados, así como grasas y vísceras.
La respuesta del Ministerio de Agricultura
A pesar del aumento de los aranceles, fuentes del sector han subrayado que los gravámenes aplicados al cerdo catalán son más bajos en comparación con otros países europeos. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha valorado positivamente la medida, afirmando que los nuevos aranceles permitirán "minimizar" los efectos negativos de la investigación por competencia desleal abierta por China. Según Planas, esta acción contribuirá a proporcionar "estabilidad" al sector porcino español durante los próximos cinco años, en un mercado que continúa siendo "prioritario" para el Estado español. Además, ha resaltado la "buena cooperación técnica y diplomática" entre ambos países, destacando que "España inspira confianza" en su relación con China.
Con esta medida, China busca proteger su industria porcina, aunque el sector de la carne catalana, a pesar del impacto de los nuevos aranceles, mantiene una relación fuerte con el mercado chino. Las empresas catalanas confían en que las relaciones comerciales continuarán, a pesar del aumento de los costes de producción derivados de los nuevos gravámenes.
En un contexto más amplio, esta decisión forma parte de un mayor conflicto comercial entre la Unión Europea y China, que ha afectado a diversos sectores. La medida también pone de relieve las tensiones derivadas de los aranceles impuestos por Bruselas a los vehículos eléctricos chinos, que siguen marcando las dinámicas comerciales entre ambos bloques.
