Es una realidad demoledora llegar a otro 25N, Día internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y constatar que esta lacra llamada violencia machista continúa muy presente en nuestro día a día.
Hay que recordar que la violencia machista, de la cual el feminicidio es la peor expresión, afecta a todos los ámbitos de la sociedad, tanto el de pareja como el de familia, el laboral o el social, y adopta múltiples formas: además de la violencia física también está la vicaria, la sexual, la psicológica, la digital, la obstétrica, la de segundo orden o la institucional.
El goteo de noticias relacionadas con la violencia machista es incesante. Y los datos que nos ofrecen informes como el GREVIO, preocupantes. Este informe alerta del auge de los discursos que niegan la violencia machista y cuestionan la igualdad de género, al tiempo que señala un incremento de las violaciones en grupo hacia mujeres jóvenes, así como el papel devastador de la pornografía violenta en la normalización de estas conductas.
En efecto, desde hace unos años, hemos podido comprobar cómo han crecido las campañas de desinformación y los discursos machistas que presentan la subordinación de las mujeres y los roles de género tradicionales como si fueran una elección individual libre. Deberíamos tener muy claro que estos discursos, bajo la bandera de la libertad de expresión o, incluso con un pretexto religioso, generan miedo y confusión, fomentan la polarización de la sociedad y contribuyen al aumento de la violencia: en definitiva, son una amenaza para los derechos de las mujeres y para la convivencia democrática.
En el contexto actual, pues, es necesario, más que nunca, reafirmar el compromiso con la lucha feminista. No podemos permitir que se pongan en riesgo los derechos y avances que tantos años han costado conseguir. El 25N nos recuerda que la lucha contra las violencias machistas se hace cada día, desde todos los espacios, tanto en el ámbito individual como en el colectivo. En Esquerra Republicana lo tenemos claro: erradicar las violencias machistas es un paso más para construir una sociedad más justa, más igualitaria y más libre.