VÍDEO | ¿Cuál es la situación y qué puede pasar después del terremoto en Kamchatka, el más potente desde 2011?

Solo en Japón, cerca de dos millones de personas han sido trasladadas fuera de las zonas costeras, y también han sido evacuados los trabajadores de la central nuclear de Fukushima

30 de julio de 2025 a las 15:50h

Un potente terremoto de magnitud 8,8 ha sacudido hoy miércoles, a las 8:25 de la mañana (hora local), la península rusa de Kamchatka, provocando una de las alertas por tsunami más extensas de los últimos años en todo el Pacífico. El epicentro del sismo se ha localizado a unos 18 km de profundidad, donde dos placas tectónicas han chocado violentamente, generando lo que se considera un megaterremoto, similar en naturaleza al que desencadenó el desastre de Fukushima en el año 2011.

Las consecuencias han sido inmediatas: una ola de alertas por tsunami ha recorrido la costa rusa, Japón, Estados Unidos, Filipinas, Taiwán, Colombia, Chile, Ecuador, México, las Islas Galápagos e incluso la Polinesia Francesa. La comunidad científica internacional ha confirmado que se trata del sexto terremoto más fuerte registrado en la historia moderna, igualando la magnitud del de Chile en 2010.

En Sévero-Kurilsk, en las islas Kuriles, Rusia ha registrado olas de hasta 5 metros que han penetrado 400 metros tierra adentro, inundando infraestructuras y llegando hasta un monumento conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial. Las autoridades han declarado el estado de emergencia y han evacuado a más de 2.700 personas solo en esta zona.

En Kamchatka, el volcán Klyuchevskoy ha entrado en erupción poco después del sismo, incrementando la preocupación por posibles efectos en cadena. A pesar de la magnitud del desastre, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha confirmado que no hay víctimas mortales, atribuido a la solidez de las infraestructuras y la eficiencia de los sistemas de alerta.

Lo que se sabe ahora

Varias réplicas, incluyendo una de magnitud 6,2, han continuado sacudiendo la región, según la Academia de Ciencias de Rusia. Las autoridades han advertido que podrían continuar durante días, con posibles magnitudes de hasta 7,5. Esto mantiene la tensión elevada, aunque muchos países han comenzado a desactivar las alertas, incluyendo Rusia, Japón, Filipinas, China y los Estados Unidos.

Las alertas de tsunami iniciales han provocado evacuaciones masivas: solo en Japón, cerca de dos millones de personas han sido trasladadas fuera de las zonas costeras. También se han cerrado puertos y aeropuertos, especialmente en las islas de Hokkaido y Chiba, y se han suspendido servicios ferroviarios.

Igualmente han sido evacuados los trabajadores de la central nuclear de Fukushima, y las autoridades han confirmado que no hay daños estructurales ni fugas radioactivas. La OIEA ha asegurado que el sistema ALPS para tratar el agua contaminada ha sido detenido preventivamente.

En Hawaii, la orden de evacuación de la zona costera de Waikīkī ha provocado largas colas y embotellamientos. Las autoridades han reportado olas de más de 1,7 metros y varios casos de inundaciones locales. También se han registrado olas en la costa de California, Washington y Oregon, y el gobierno de EUA ha tenido activado el Plan Nacional de Emergencia.

El impacto ha llegado hasta las Islas Galápagos, que han cerrado sus áreas protegidas al turismo, mientras que Papúa Nueva Guinea, Vanuatu y las Islas Salomón mantienen la alerta activa. En la Polinesia Francesa, se esperan olas de hasta 4 metros durante esta noche.

Lo que aún puede pasar

A pesar de la desactivación de muchas alertas, los expertos no dan por cerrada la crisis. Según Chip McCreery, geofísico del Pacific Tsunami Warning Center, “este no es un simple susto. Es un episodio tectónico de gran escala que puede tener réplicas devastadoras y provocar más actividad volcánica o sismos en zonas cercanas”. Esto incluye la posibilidad de activación de otras fallas a lo largo del Anillo de Fuego del Pacífico, una zona con alta actividad sísmica que incluye Indonesia, Chile, México y Nueva Zelanda.

A nivel internacional, la Unión Europea y las Naciones Unidas han puesto en marcha equipos de respuesta rápida para ayudar a los países afectados, si fuera necesario, especialmente en zonas con menos recursos como las islas del Pacífico sur.

Finalmente, las autoridades de Rusia, Japón y Estados Unidos han coincidido en un mensaje común: “Aunque las olas iniciales ya han llegado, los peligros no han pasado. Será necesario seguir con atención las próximas horas y días”.

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Maria Lorenzo
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