El plan de alimentación escolar gratuita puesto en marcha en Indonesia a principios de año ha derivado en una grave crisis sanitaria después de que miles de niños y niñas hayan sufrido intoxicaciones relacionadas con las comidas suministradas en escuelas públicas de todo el país. Las autoridades sanitarias han activado protocolos de emergencia mientras la presión sobre el sistema hospitalario se dispara.
Según datos oficiales, ya se han registrado cerca de 5.000 casos en solo diez días, especialmente en la provincia de Java Occidental, que concentra más de un millar de los afectados. Los menores han sido ingresados con síntomas como dolores abdominales intensos, vómitos y diarreas agudas, signos típicos de una intoxicación alimentaria, tal como ha avanzado 324.
Los servicios de emergencia se han visto completamente desbordados. En muchas zonas, las ambulancias no son suficientes y las familias optan por trasladar a los niños en vehículos particulares hacia los centros médicos más cercanos, que ya empiezan a mostrar signos de saturación.
Una promesa electoral que se ha convertido en escándalo
El origen de la crisis se encuentra en el programa de alimentación escolar anunciado por el presidente Prabowo Subianto, un empresario multimillonario que accedió al cargo en octubre de 2024 prometiendo poner fin a la desnutrición infantil. Su plan contemplaba proporcionar comidas gratuitas a 90 millones de personas cada año, con un énfasis especial en niños y mujeres embarazadas.
Con un presupuesto de 28.000 millones de dólares hasta 2029, el proyecto arrancó en enero de 2025 con el apoyo de una amplia campaña mediática. Sin embargo, los problemas de supervisión y la falta de garantías sanitarias han provocado un descalabro que pone en cuestión la viabilidad del plan.
"El gran error es nuestro, admitimos la culpa por el incidente de seguridad alimentaria", ha reconocido Nanik Deyang, subdirectora de la agencia encargada del programa. Según Deyang, se han detectado múltiples irregularidades en la preparación de las comidas: "Los tiempos de cocción de los alimentos no han sido los adecuados en algunos casos", ha afirmado. Además, ha admitido que algunas de las cocinas utilizadas no disponían de la certificación sanitaria obligatoria.
Nuevas medidas para evitar más intoxicaciones
Ante la magnitud del brote, el gobierno ha decretado la suspensión inmediata de los productos manufacturados en los menús escolares y ha anunciado que solo se autorizarán comidas preparadas en cocinas locales con certificación sanitaria.
La crisis también ha puesto en evidencia la falta de transparencia inicial. Durante semanas, las autoridades minimizaron los primeros casos, atribuyendo los síntomas a alergias o afecciones previas de los alumnos. No ha sido hasta ahora que la agencia responsable ha reconocido públicamente la responsabilidad y ha prometido cubrir todos los gastos médicos de los afectados.