Tarragona se pone al día con las bibliotecas: "teníamos deberes pendientes"

La ciudad se prepara para ponerse al día con los equipamientos bibliotecarios gracias a la llegada de la biblioteca estatal a la Tabacalera, la reactivación del punto de lectura en Sant Pere i Sant Pau o la nueva biblioteca Pepita Ferrer

09 de octubre de 2025 a las 09:49h
Actualizado: 09 de octubre de 2025 a las 09:52h

“Teníamos todos deberes pendientes con las bibliotecas”. Así de clara se expresaba la consejera de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, Sandra Ramos, poco después de conocer la confirmación de la futura biblioteca en la Tabacalera

Según la concejala tarraconense, los déficits en este ámbito cultural no se debían únicamente a las escasas dimensiones de la actual biblioteca de la calle Fortuny. Ramos señala a todas las administraciones. El Estado, responsable de invertir en un nuevo equipamiento; la Generalitat, que administra estas bibliotecas, y el mismo consistorio, que no ha impulsado bibliotecas municipales durante estos años. La tendencia, sin embargo, parece que se está revirtiendo.

20 millones para la nueva biblioteca

La gran noticia es la confirmación del Ministerio de Cultura. La biblioteca provincial ocupará 10.000 m² de la Tabacalera y será uno de los proyectos estrella para revivir este edificio abandonado. “Se trata de un proyecto de 20 millones de euros que permitirá ofrecer un equipamiento cultural de referencia, integrado en un espacio de crecimiento urbano y compartido con otras instituciones culturales”, subrayaba el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. Además, avisaba de que está llamado a convertirse en “uno de los equipamientos culturales más potentes de la ciudad”. 

El cambio supone un salto sustancial. La actual sede de la Biblioteca Pública del Estado en Tarragona se encuentra en la calle Fortuny, ocupando un espacio de unos 1.800 m², una superficie por debajo de la media nacional con relación a la población. Por lo tanto, la nueva sede permitirá disponer de instalaciones más amplias y aumentar la superficie de uso bibliotecario, de los depósitos y de los espacios polivalentes para realizar diversas actividades. 

De hecho, aunque muchos puedan pensar que la biblioteca de la calle Fortuny se circunscribe a un ámbito municipal, este servicio debería tener vocación provincial. “El Estado las construye en cada capital de provincia para ser un equipamiento de referencia en toda la demarcación. Por ejemplo, todo el mundo entiende que el Hospital Joan XXIII no es un hospital de ciudad, sino de referencia”, argumenta Sandra Ramos. De esta manera, se adapta a la realidad territorial y se equipara a la de otras provincias como Girona, que tiene una biblioteca de 8.000 m² con menor población. 

Como también recalca el Ministerio, Ramos apunta que estas nuevas prestaciones permitirán adaptar este equipamiento a una biblioteca del siglo XXI. “Necesitamos más espacios para desarrollar actividades que ahora son propias de las bibliotecas, pero no lo eran hace 30 años. Son realmente centros culturales, ya no son solo un almacén de libros y un lugar donde estudiar”. 

Un Plan de Bibliotecas 

Una vez se haya hecho efectivo el traslado de la biblioteca a la Tabacalera, la intención es que el espacio de la calle Fortuny actúe como biblioteca municipal. Según informa el Ayuntamiento, el Estado -propietario del equipamiento- ya ha expresado su voluntad de cederla al consistorio para que tenga este uso. 

En paralelo, este pasado mes de septiembre se aprobó el Plan Estratégico Tarragona Cultura 2033, donde se definen las líneas maestras de la ciudad en esta área. Uno de los puntos que estipula es la redacción de un Plan de bibliotecas 2026-2041 entre el último trimestre de 2025 y el primer semestre de 2026. Con el objetivo de aprobarlo durante la primavera de 2026. 

Definiremos el horizonte de las bibliotecas. Dónde deben ir, cuántas debemos tener, por qué... Se está haciendo de la mano del equipo del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM), que tienen los datos de los crecimientos de población. No lo haremos en función de gustos ni promesas, sino con cabeza y datos en la mano”, explica Sandra Ramos. La consejera recuerda que la función de las bibliotecas son “básicas” y que las quieren planificar como los CAPs o las escuelas. 

Además de estos documentos, también se aprobó el primer Plan de fomento de la lectura del Ayuntamiento. Un texto que trabaja sobre tres ejes: derecho de acceso a la lectura, red para promover la lectura a lo largo de la vida y fomentar y reivindicar la creación literaria. 

Nuevos espacios de lectura

Entre los proyectos que tiene el Ayuntamiento en cartera, hay dos que también supondrán un salto cualitativo. El pasado agosto, el consistorio adjudicó las obras de remodelación del punto de lectura de Sant Pere i Sant Pau, que lleva seis años cerrado. Los usos previstos del equipamiento son los habituales del servicio bibliotecario: la consulta y lectura de fuentes de información en diferentes soportes, incluyendo puntos de acceso a internet dotados de ordenadores; el préstamo bibliotecario y la realización de actividades culturales y fomento de la lectura. “Será una pequeña biblioteca, pero con grandes prestaciones”, señala Ramos. 

El equipamiento tiene una superficie útil aproximada de unos 154 m² (192 m² construidos), con una sala de 120 m², dos lavabos, un almacén de 16 m², una sala para la limpieza y otra con la maquinaria de climatización. Sus obras tienen un presupuesto de 372 mil euros.

De hecho, la intención es que en un futuro el barrio del norte tenga una biblioteca municipal. Sin embargo, el Ayuntamiento se encuentra actualmente centrado en la futura biblioteca Pepita Ferrer de Torreforta. Actualmente, el ente municipal ha licitado el concurso de proyectos de la nueva biblioteca.

En este sentido, Ramos recalca que “la nueva biblioteca Pepita Ferrer será un equipamiento que transformará Torreforta y el resto de barrios de Poniente. Estamos solucionando un problema grave como es el de no tener suficientes equipamientos básicos de acceso universal a la cultura como son las bibliotecas”. La intención del Ayuntamiento es tener el proyecto en verano de 2026. Un paso más para cumplir deudas pendientes. 

¿Por qué la Tabacalera?

Aunque la noticia de la biblioteca en la Tabacalera ha obtenido un amplio apoyo en el consistorio, uno de los partidos se ha desmarcado. La portavoz del PP, Maria Mercè Martorell, se ha erigido en una de las principales detractoras de la iniciativa: “Lo que necesitamos es un museo y el conservatorio, no la biblioteca. La biblioteca que nos la construyan, como hacen en todas partes”.

En cambio, la consejera Ramos discrepa de la opinión de los populares: “Había pocas dudas de que el espacio óptimo era este y se debe convertir en un hub cultural. Si alguien piensa que Tarragona puede rehabilitar y dotar de contenido 50.000 m², es muy poco realista”.